Por segunda semana consecutiva, el precio del huevo y el pollo se mantienen estables, ya que en el caso del primer producto su costo oscila en 50 pesos el kilo, dependiendo de la marca y alrededor de 80 pesos el kilo del segundo artículo básico en la Central de Abastos de Toluca.
Al realizar un recorrido por dicha zona, los comerciantes indicaron que no se han visto en la necesidad de aumentar los precios del huevo y el pollo en los últimos días; sin embargo, desconocen sí habrá ajustes en el corto plazo.
“En los últimos días, hemos mantenido el precio de lo que es el kilo de pollo y huevo, porque a nosotros tampoco nos han aumentado estos productos, pero usted sabe que el ajuste puede presentarse de un momento a otro”, sostuvo Raúl Contreras, responsable de atender un negocio de este giro.
El comerciante agregó que el precio de cualquier producto básico siempre será más accesible en la Central de Abastos, ya que en otro centro comercial siempre se comercializarán más caros.
De esta manera, el kilo de huevo Kraft se vende en 39 pesos el kilo; la marca Los Portales en 41 pesos y el San Juan en 47 pesos el kilo.
En lo relativo al kilo de pollo, el precio promedio es de 80 pesos; la pechuga en 90 pesos; el retazo tiene un costo de 29 pesos y la pierna, así como el muslo en 44 pesos.
En contraste, en los centros comerciales el kilo de pollo se puede encontrar este fin de semana en 130 pesos y el kilo de huevo entre los 48 y 50 pesos.
Mientras que en entrevista Rita Mejía, ama de casa, indicó que procura surtir su despensa en la Central de Abastos, porque “le rinde más el dinero”, ya que en cualquier centro comercial los precios de los productos de la canasta básica se encuentran muy caros.
“Vaya a cualquiera de las grandes cadenas y los precios se incrementan cada semana, como si nuestros salarios también lo hicieran. No sé que piensan los empresarios, pero las autoridades deberían frenar este constante ajuste en productos que son de primera necesidad”, externó.
Por último, especialistas estimaron que más del 60% de los consumidores mexicanos no les alcanza para comprar la canasta básica de alimentos que demanda su hogar, siendo la población más afectada de esta situación la que destina la mayor parte de sus ingresos para la compra de alimentos.