La contaminación del agua y el desvío de los caudales a predios privados para la creación de represas son los principales problemas que presentan los ríos y arroyos que nutren a la presa Miguel Alemán Valdés.
Ambientalistas del municipio, detectaron que los mismos problemas que se presentan en los ríos durante los meses de la temporada de estiaje, también están presentes durante las lluvias.
Es decir, no desaparecen con la corriente que genera el agua pluvial, como la contaminación del agua, la cuál es más evidente cuando el caudal de los arroyos y ríos se estanca durante el estiaje.
"Ahorita que el lago bajó de su capacidad quedaron al descubierto más de 2 mil drenajes de aguas negras de casas de todo tipo que simplemente aventaban todo con un tubo al lago", explicó Juan Eduardo Farre Rivera, ambientalista del municipio.
De acuerdo con el Programa de Manejo del Área de Protección de Recursos Naturales Cuencas de los Ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec, son 19 arroyos y 5 ríos que desembocan en la presa de Valle de Bravo.
Y en todos ellos, la principal problemática es la contaminación, de acuerdo con la visión de los ambientalistas del lugar.
Los problemas son más visibles en los principales ríos que nutren a dicho embalse, como el río Amanalco, donde la actividad agrícola y ganadera ha cobrado factura en su caudal.
"El problema con el de Amanalco es que cruza muchos campos de cultivo donde utilizan químicos. Ahí se siembran papas, girasoles, es un cultivo intensivo. También hay granjas de cerdos, de pollos, y mucha gente simplemente avienta al río todo lo que pude", refirió el ambientalista entrevistado.
Este río ubicado al noroeste del municipio, es donde mayor flujo de agua hay, la cual se vierte a la presa por el lado de la comunidad de El Arco.
El caudal que forma la cascada Velo de Novia, también presenta problemas de contaminación al registrar aguas grises provocadas por la actividad doméstica de lavar, de la parte alta de los ríos Velo de Novia y San Lorenzo.
En este río al sureste del municipio, también se han detectado tomas clandestinas que sirven para regar jardines en las casas de los privados, presentando una disminución considerable en su caudal.
El río Santa Mónica, que se forma desde lo alto de la comunidad de Los Álamos y, en su recorrido, forma cascadas como la del Refugio y la del Molino, el principal problema es la reducción del caudal.
Mismo que se ha propiciado por la cantidad de represas privadas que se han construido en la parte alta del municipio.
"Este río en general no tenía ningún problema, era el más limpio de todos los que llegaban a Valle, pero desde la pandemia que se vino mucha gente a vivir para acá comenzaron los problemas", refirió Farre Rivera.
Por último, el río Tizates es el que mayor problemática de contaminación presenta al ser el único arroyo que atraviesa la mancha urbana de la cabecera municipal.
"Antes de la colonia, de Otumba, es un río transparente, es un arroyo, pero llegando a la zona urbana, pues la gente tira el drenaje ahí, no hay manera de que entiendan".
"Es un basurero, tiran colchones, perros, muertos, basura, cuando llega al lago es agua negra", enfatizó el entrevistado.
Por lo que, tener planes de saneamiento ayudará a que el agua que se vierte en la presa de Valle de Bravo llegue menos contaminada, y sea menos costosa su potabilización para la distribución que se hace en los hogares de la Ciudad de México y los municipios mexiquenses de la zona conurbada.
Estas problemáticas también se presentan en los demás ríos como el Tilostoc ubicado al sur del municipio, o en los caudales de Las Ouijas y Las Flores, pero es en menor medida debido a la poca mancha urbana que hay.