Paisajes naturales, templos católicos, mercados y museos, son algunos de los atractivos naturales y hechos por el hombre que se deben de visitar en el Pueblo Mágico de Valle de Bravo durante esta Semana Santa.
La Peña, el mirador de la Torre, ubicado en la reserva estatal de Monte Alto y las cascadas El Velo de Novia y El Molino, son los principales atractivos naturales que ofrece Valle de Bravo.
Desde temprano, se puede practicar la caminata en La Peña, mirador natural en el que se contemplarán a Valle de Bravo en todo su esplendor.
La Peña es una falla geográfica que se alza entre la zona urbana de la cabecera municipal y la presa, ofreciendo una vista panorámica inigualable.
A 15 minutos de la cabecera municipal se encuentra un mirador más, conocido como "La Torre", ubicado en la reserva estatal de Monte Alto.
En lo más alto de este lugar se encuentra la pista de despegue para practicar el parapente, un deporte extremo propio del turismo de aventura que se realizó en Valle de Bravo.
Para refrescar el ambiente climático, en el Pueblo Mágico también encontrarán cascadas y ríos que nutren la presa Miguel Alemán.
Ubicada en la comunidad de Avándaro, a 15 minutos de la cabecera municipal, está la cascada Piedra del Molino, la cual presume de traer agua desde el Nevado de Toluca.
Y 10 minutos después, rumbo a la comunidad de Cerro Gordo, se encuentra la cascada Velo de Novia, la cual se extiende desde la zona boscosa.
En ambas, habrá artesanos mazahuas que ofrecen sus productos para que los visitantes se lleven un pedacito de cultura y puedan vivir una parte del turismo rural.
Sitios turísticos creados por el hombre
Otro punto en las alturas donde se puede observar una gran parte del pueblo es El Mirador, a espaldas de la parroquia en el centro del municipio.
Subiendo por la calle de El Depósito, con rumbo a Loma Bonita, este lugar es ideal para visitar de noche, pues lograrán ver una postal de centenares de luciérnagas dando vida al Pueblo Mágico.
Una de las cuatro Stupas de la Paz en México se encuentra en la comunidad de Los Álamos, a 40 minutos de la cabecera municipal. Aquí podrán meditar para renovar la mente y el cuerpo a través de las energías positivas que se respiran en el lugar construido por monjes tibetanos.
Otro sitio con similar energía se encuentra en Cerro Gordo, con una edificación de menor tamaño. Este sitio ubicado en medio del bosque se ofrece como un punto de encuentro entre la espiritualidad y el deporte de aventura, ideal para realizar en la visita a este pueblo.
Un sitio espiritual más, propio de la religión católica, es la casa de oración de Carmel Maranathá, ubicada en la carretera Valle de Bravo – Amanalco.
Ahora bien, si la idea es practicar un turismo histórico, los museos y mercados de Valle de Bravo pueden ayudar.
En el Museo Arqueológico, ubicado a unos metros del embarcadero municipal, podrán observar los ídolos encontrados en La Peña y demás zonas prehispánicas del municipio.
En el Museo Joaquín Arcadio Pagaza recorrerán la casa del ilustre obispo de Veracruz en el siglo XIX y poeta orgullosamente vallesano.
Sobre la avenida Benito Juárez, el Mercado de Artesanías y la Plaza Mazahua también mostrarán una pequeña parte del turismo rural que se vive en Valle, pues encontrarán tejidos, bordados, hilvanados, ocojal, madera, cerámica y demás artesanías que se producen en el Pueblo Mágico.
Si la intención es ver la producción de estas artesanías, el Centro de Cerámica de la calle Alfareros es el lugar que están buscando, pues aquí los 365 días del año los artesanos se encuentran creando cualquier tipo de utensilios para el hogar.
No es menos importante, el atractivo más representativo del municipio, la presa Miguel Alemán Valdés, cuya construcción data de 1947 y comenzó siendo una represa hidroeléctrica.
Todo esto y más pueden encontrar en su visita a Valle de Bravo, en la cual, no deben dejar de pasar por las zonas del embarcadero municipal y el centro, pues aquí seguro encontrarán atractivos gastronómicos que agradarán al paladar.