Toluca, México.- En algo similar a una “cascarita política” se convirtió el primer debate entre cinco de los seis candidatos a la presidencia municipal de Toluca. El partido no fue profesional, pues el nivel de los jugadores fue desigual; se anotaron algunos goles, varios solo quedaron en intentos. Hubo jugadas en fuera de lugar y un jugador que nunca llegó.
La ausencia del abanderado del PRI, Fernando Zamora fue aprovechada por varios de los aspirantes para criticarlo y meterle goles, ante una portería vacía.
Juan Rodolfo Sánchez Gómez, de la coalición Juntos Haremos Historia y Gerardo Pliego de Por el Estado de México al Frente se mostraron más hábiles, hicieron buenas jugadas, desmostraron experiencia y ofrecieron propuestas, sin que los expertos que los cuestionaban les sacaran tarjetas amarillas, ni rojas.
Los otros tres candidatos tuvieron claro oscuros en su manejo del partido, aunque ofrecieron algunos trucos: por un lado José Guadalupe Hernández, de Nueva Alianza, tuvo algunas buenas jugadas; pero también un autogol al llamar a la gente de Morena a votar Por Andrés Manuel López Obrador, pero no por Juan Rodolfo: “AMLO sí, Juan Rodolfo no”, expresó, aun cuando su partido apoya a José Antonio Meade; de paso, denunció que alguien cercano al PRI le ofreció 5 millones de pesos para declinar.
Abelardo Gorostieta impulsó un discurso de crecimiento personal, con pocas jugadas de fútbol, y de repente parecía que jugaba otro partido; mientras el abanderado del PVEM, Omar Santiago Huerta del PVEM tomó el papel del jugador que llega al final, ése que metes al partido cuando te falta un jugador, aunque no sabes qué tan bien sabe jugar.
El partido fue suave, sin contratiempos, prácticamente sin faltas y con pocos ataques; de hecho los jugadores que recibieron algunos embates fueron Juan Rodolfo Sánchez y Gerardo Pliego, pero salieron prácticamente ilesos del juego.
Omar Santiago Huerta del PVEM no se puso la playera de jugador y ofreció ser la voz ciudadana; mientras Gorostieta inició sin tocar el balón, con una fotografía de un supuesto robot para llamar a la gente a despertar y José Guadalupe Hernández de NA se lanzó con ganas al sostener que será valiente, pero no “valentón”.
Juan Rodolfo Sánchez echó mano de su experiencia en distintos encuentros para mostrar varias jugadas y habilidades. Se defendió de la guerra sucia y presumió que vive “en la misma casa, en la misma colonia”; mientra Gerardo Pliego, en tono pausado, avanzó en la cancha para ofrecer un gobierno con visión humanista y seguridad ciudadana.
Las preguntas de expertos sobre apertura de negocios y diversificación de actividades fueron bien libradas por Sánchez y Pliego, incluso anotaron goles. La especialista, María de Lourdes Medina Ortega no les sacó ninguna tarjeta; pero sí al resto para pedirles planteamientos concretas. Ahí, el abanderado de NA hizo una jugada arriesgada al proponer un salario de 300 pesos; la especialista le advirtió sobre algunos riesgos.
En el partido se registraron algunas jugadas en fuera de lugar, pues el José Alfonso Iracheta cuestionó el modelo de movilidad y la perspectiva metropolitana y entre las repuestas huno algunas fuera del tema o de sus facultades: Omar Santiago propuso atender el tema de los baches; el de Nueva Alianza planteó un "Tolobus" y Gorostieta una ciudad inteligente y pasos a desnivel.
Pliego aprovechó para meter un gol contra las administraciones anteriores al señalar que Toluca no está planeada y ofreció un instituto de Planeación, diseñar rutas de transporte, transitar de combustibles fósiles, a energías limpias, coordinación con otros munipios, transporte articulado; en tanto Juan Rodolfo Sánchez metió un gol a Pliego al rebatir que el instituto existe, pero Fernando Zamora lo desmanteló. También aprovechó el tema de la corrupción para atacar a Zamora, al sostener que una forma de terminar con ese problema es decir no a la reelección del priísta.
A las preguntas de la especialista Silvia Valeria López para apoyar a las empresas nuevamente los únicos que se fueron sin tarjetas fueron Sánchez y Pliego.Los mensajes de la ronda final fueron tiros a la portería, donde no todos atinaron. En algunos casos se abrieron más dudas.
El partido terminó sin un claro ganador, pero con un claro perdedor: el gran ausente del debate: Fernando Zamora. A la goliza en su contra contribuyeron hasta los organizadores, pues enfatizaron la ausencia en cada ronda.
