Familias, que cada jueves se manifiestan por los "injustamente presos", protestaron este día en la plaza de Los Mártires con la realización de talleres.
Las actividades, denominadas "Tallereando la Libertad", se realizaron debajo de una carpa en la que instalaron mesas y se cubrió con lonas de las fotografías de sus familiares encarcelados.
Hubo talleres de carpintería, de bordado, pintura, dibujo y se realizaron pláticas entre las familias para hablar de los casos.
Entre el grupo estuvo Alejandro Plácido Padilla, padre de Daniel Plácido Arroyo, preso desde noviembre de 2015 acusado de un presunto secuestro cometido en la delegación de San Pedro Totoltepec, municipio de Toluca.
"Mi hijo está acusado por estar mugroso y por ser moreno", reprochó Alejandro Plácido.
Su hijo Daniel, antes de ser detenido e ingresado al penal de Santiaguito, era herrero y tenía una vulcanizadora. Tenía 24 años, dos hijos y tres años de matrimonio.
"A nadie se le desea que pase esto, y menos a mi hijo que es inocente, porque nunca le comprobaron que fuera él", insiste Alejandro.
Don Alex participó en los talleres con su esposa, y mientras el resto dirigen las actividades, él cuelga las lonas en las paredes improvisadas de la carpa.
Al lado de donde testifica Alejandro Plácido, una mujer otomí relata la detención de su hijo en torno a otras personas que escuchan sentadas en un círculo.
En la misma carpa, sobre otra mesa, un grupo de mujeres bordan la historia de sus hijos. "Son unos canarios", dice una de las mujeres, "le voy a bordar, aquí abajo, 'libertad', con más hilo", explica la mujer.
En una de las paredes levantadas con lonas de fotos, hay un tendedero con servillas que tienen bordados venados, personas sentadas y palabras de libertad, justicia y se repite en muchas la palabra amnistía.
Dice don Alex que son bordados que se hicieron mientras sostenían la huelga de hambre en la plaza de Los Mártires.
"Mi hijo ganó un amparo y venimos aquí, al Poder Judicial con el abogado a exigir, y nos cerraron las puertas", recuerda Plácido.
El resto de las familias, que llegaron este jueves a los talleres debajo de la carpa, han vivido lo mismo que don Alex, sus esposa y sus dos nietos y su hijo Daniel, quien espera desde Santiaguito que le otorguen la amnistía.