En los Portales de Toluca recuerdan a Don Raúl, el maestro de las palanquetas

En la zona de las alacenas, su familia colocó una ofrenda especial a uno de los artesanos dulceros más reconocidos a cinco años de su muerte

Filiberto Ramos | El Sol de Toluca

  · domingo 29 de octubre de 2023

En el centro de la ofrenda fue colacada una fotografía del dulcero mexiquense. Filiberto Ramos | El Sol de Toluca

En la alacena 2 de la plaza Fray Andrés de Castro del centro de la capital mexiquense, este año la familia Guadarrama García, colocó una ofrenda dedicada a don Raúl Guadarrama, considerado el dulcero más antiguo de los Portales y fallecido hace cinco años.

"A mi abuelo le decían el maestro de las palanquetas, porque era muy bueno para preparar dulces", explicó Oscar, nieto de don Raúl.

En la ofrenda del dulcero le instalaron chongos, palanquetas, mostachones, membrillos, tamarindos, dulces de leche, macarrones.

También le pusieron una botella de Coca Cola y un gansito con su empaque y una cajetilla de cigarros. En vida, esa era su rutina diaria y su menú, explicaron sus familiares.

"Siempre pedía su gansito y su coca, aunque tenía sus dulces a la mano, prefería su gansito", explica Oscar, el más joven de sus nietos.

Al centro del altar, se puso el retrato de don Raúl y quien luce un rostro alegre. Ya con 75 años sobre sus espaldas.

"Era muy querido por sus clientes, siempre amable", dicen sus familiares.


UNA TRADICIÓN DE DULCES


Raul Guadarrama García, fue de los primeros dulceros instalados en la Plaza Fray Andrés de Castro. Su alacena siempre fue la número 2 que comparte pasillo con el puesto de Garapiñas. A los 18 años ya era dulcero de amarre y agarre, dicen sus nietos.

"Llegó de San Francisco Tlalcilalcalpan a los 18 y duró 58 años aquí en su alacena, hasta que murió", recuerdan los nietos.

Hace cinco años don Raúl falleció por complicaciones de salud, pero su puesto no fue cerrado y actualmente son sus hijos y nietos quienes atienden a sus clientes.

"Falleció hace cinco años, pero es el primero que le ponemos su altar, comenta Óscar.

Junto al retrato de su abuelo montó el altar de dulces con las tiras de papel picado multicolor. Sobre su alacena montó una catrinas que divisa toda la plaza.

El altar quedó justo en la esquina donde termina el pasillo de los dulces tradicionales. Desde allí la pueden observar hasta el 2 de noviembre los paseantes que llegan a la Concha Acústica y van hacia los Portales.

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