/ lunes 20 de marzo de 2023

Repartidores de plataformas digitales, entre el riesgo y precariedad

Suman 400 mil en México; investigador del Colegio Mexiquense asegura, va a la alza ese modelo de negocio y propone un esquema tripartita de seguridad social para ese trabajo digital

La mayor parte de los empleados de plataformas de reparto a domicilio son jóvenes entre 18 a 24 años de edad que carecen de sueldo y horario fijo, no tienen seguridad social, utilidades, vacaciones, entre otras prestaciones.

A diario van y vienen por las calles: ser atropellados, asaltados, incluso secuestrados es la constante. Desde el plano laboral, denuncian, están en la precariedad.

“Hay muchos que se van en bici, y esto las plataformas no lo toman en cuenta, simplemente lo que quiere la plataforma es que tu entregues el producto en buen estado, no le importa cómo vayas o cómo llegues, simplemente que lo entregues y eso es todo”, refiere Adrián, joven repartidor del municipio de Toluca.


Durante el periodo más complicado de la pandemia, las plataformas de reparto a domicilio triplicaron el número de su personal. Al último trimestre de 2022, el INEGI reportó alrededor de 400 mil en todo el país, situación que se explica como consecuencia de la elevada pérdida de empleos formales.

A 2023 lo que inició entre el año 2012 y 2013 como un trabajo complementario, se revirtió pues del global de trabajadores de ese sector, el 70% lo registra como su actividad principal: en su mayoría jóvenes, hombres y si bien con largas jornadas de trabajo de forma voluntaria y percepciones superiores al promedio nacional, pero vulnerables en cuanto al aspecto de la seguridad social.

Miguel Adolfo Guajardo Mendoza, investigador del Colegio Mexiquense, desarrolló una minuciosa investigación "Las plataformas de entrega a domicilio en la economía mexicana" y plantea un novedoso esquema de seguridad social, el cual propone un nuevo régimen en la Ley Federal del Trabajo, donde las contribuciones sean de forma tripartita, entre el Gobierno federal, el patrón y el trabajador.

Además, sugiere que esas aportaciones tendrían que ser opcionales, con cuotas progresivas o proporcionales al ingreso de los trabajadores y donde se tenga acceso a todos los beneficios de la seguridad social en México.

“Esperamos que esa propuesta en cuanto se publique sea retomada por actores políticos para que se enriquezca el debate y se pongan en la mesa otras alternativas”., comenta .

Javier, de 18 años, suele trabajar hasta 12 horas diarias.

“Los automovilistas te avientan el carro nada más porque son motos, le avientan a uno el carro”.

Se expanden el modelo


Las plataformas más comunes en el país y el Estado de México son Uber Eats, Rappi y la firma de origen chino, Didi Foods y son por lo regular donde los repartidores están dados de alta.

Guajardo Mendoza refiere que ese modelo de negocio inició con el reparto de alimentos a domicilio y a la fecha se ha expandido a prácticamente sectores como de alojamiento, venta de servicios, renta de espacios y ya es nombrado como “ la plataformización de la economía “.

Se trata, explica, de intermediarios que generan un espacio digital donde otros pueden llegar y satisfacer sus necesidades. Un espacio virtual donde convergen 24 horas, siete días a la semana vendedores y compradores a través de un dispositivo con internet.

Resalta que, si bien en los momentos más críticos de la pandemia ese sector creció de forma exponencial y con ello la demanda de consumo a domicilio, también incrementó la oferta de disponibilidad de mano de obra, sin embargo, los salarios se fueron a la baja.

Y aunque el trabajo de reparto inició como una actividad complementaria para las personas con un empleo de tiempo completo, a la fecha prevalecen los trabajadores que lo señalan como su actividad de tiempo completo, con una proporción del 70%, mientras que para el 30% restante sigue siendo un adicional, expone.

La mayoría, agrega, son jóvenes, hombres y en etapa de formación de educación media superior, incluso educación superior, pues estos últimos no han encontrado opción para integrarse a corto plazo al mercado laboral.

Extenuantes jornadas


José Luis, joven de 24 años también de Toluca , ha llegado a laborar más de 16 horas diarias ante la presión de pagar 4 mil pesos de renta al mes, alimentación, vestido, pago de servicios como gas y luz, gastos de telefonía, además del mantenimiento de su motocicleta.

Eso sin contar con la posibilidad de visitar al médico por enfermedad. Por fortuna, señala, hasta el momento no ha tenido algún accidente de gravedad al dar servicio como repartidor.

No se trata de un empleo informal. Los repartidores están dados de alta ante el SAT. Señala que en el caso de Rappi, les ofrece una aplicación que les apoya con facturación en este sentido y de inicio, cada viaje ya incluye un descuento por concepto del pago de impuestos.

El joven, cuenta con una bicicleta y aunque asegura tener buenas ganancias, porque el mantenimiento semestral de su bici es de alrededor de 300 pesos y no usa gasolina, está en desventaja porque le solicitan menos pedidos, aunque tiene el mismo riesgo. El uso de motocicleta eleva ese costo hasta en mil pesos pero cada mes y la erogación diaria a partir de 100 pesos de gasolina.


Por lo general los trabajadores de reparto a domicilio tienen largas jornadas de trabajo, en algunos casos de más de 14 horas diarias, pero con ganancias superiores al promedio nacional, sin embargo, con la desventaja de no tener seguridad social, refiere Guajardo Mendoza.

Más de la mitad de los repartidores consultados dijo ser soltero, de ahí que ve como ventaja manejar su tiempo, acceder a varias plataformas, sobre todo contar con ingresos superiores al promedio nacional y en algún momento hasta lo ven como una distracción, pero también señalan, de constante riesgo.

“No es pesado, yo me salgo, me distraigo, y es algo que me gusta, estar en la calle”, comenta Jorge, otro repartidor.

Hay mujeres jóvenes repartidoras, aunque, reconocen, son doblemente vulnerables por el constante acoso en calles y avenidas.

“No hay manera de defendernos, como que un hombre se baja y pelea , pero nosotros no”, comenta Alondra.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), refirió Guajardo Mendoza, un 25% de los repartidores cuentan con seguridad social pero no por su actividad, sino por cuenta de otro empleo, o porque los afilió su pareja. Sólo un mínimo porcentaje se inscribió al régimen voluntario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Refiere que hay por lo menos nueve iniciativas de ley en la Cámara de Diputados federal para atender el tema de la seguridad social de este tipo de trabajadores, sin embargo, la única opción es el esquema obligatorio y voluntario. El primero, añadió, con cuotas conjuntas entre el trabajador y el patrón.

Menciona que la Secretaría del Trabajo del Gobierno federal aplicó una encuesta en 2021 a ese sector sobre una posible afiliación voluntaria al IMSS, pero la respuesta fue limitada.

Marco Antonio, otro joven repartidor quien relata que intentó adherirse al IMSS, pero señala, “es carísimo” , pues mencionó que la aportación es de alrededor de 500 pesos a la semana, y resalta que esa afiliación es doblemente conveniente para las personas que ya cuentan con afore.

Esquema complicado


El investigador del Colegio Mexiquense considera que las iniciativas en el Congreso tratan de generar una legislación que obligue a las plataformas a dotar de seguridad social a los repartidores bajo el esquema tradicional, sin embargo expuso que esa ocupación no siempre cumple con ocho horas de trabajo y de forma continua. Además, dijo, no se ha podido argumentar una relación de subordinación pues los trabajadores están conectados con varias plataformas y se tendría que evaluar qué porcentaje tendrían que cubrir cada una.

“El gobierno federal no tiene todavía un mecanismo para poder allegarse de la información necesaria que indique qué porcentaje de las contribuciones o de las cuotas de seguridad social las va a tener que pagar la plataforma uno, cuales la dos...”, menciona.

Observa otras dificultades ante una eventual implementación del sistema de seguridad social obligatorio como el que las empresas se puedan amparar tras argumentar que no caen en el supuesto para ese tipo de régimen.

“A mi me parece que las iniciativas presentadas son más una señal para que los actores políticos muestren que están interesados con el tema, que tratan de hacer algo, pero no hubo mayor reflexión y al final el trabajador va a seguirse quedando sin seguridad social”.

Alternativa


Al resaltar su propuesta de seguridad social tripartita, Guajardo Mendoza expone que no tendrían que ser cuotas fijas pues se castigaría más al trabajador de reparto que menos gana, por tanto, tendrían que ser proporcionales al ingreso, además de opcional para quienes ya están inscritos al esquema mientras que obligatorio para los no cuenten con un esquema en curso.

“Esperamos que esa propuesta en cuanto se publique sea retomada por actores políticos”, para que se enriquezca el debate y se pongan en la mesa otras alternativas”.

Ante la expectativa de ser contratados por una sola plataforma y bajo un esquema tradicional, Miguel, otro joven repartidor considera que el pago mínimo debería ascender entre 7 y 8 mil pesos mensuales y con ello podrían cubrir sus necesidades.

“Y si no, que no dejen como estamos”

“ Si vamos a trabajar ocho horas continuas y con un solo patrón, que sea un sueldo competitivo y atractivo, si no, no tiene caso el cambio”, considera el joven.


La mayor parte de los empleados de plataformas de reparto a domicilio son jóvenes entre 18 a 24 años de edad que carecen de sueldo y horario fijo, no tienen seguridad social, utilidades, vacaciones, entre otras prestaciones.

A diario van y vienen por las calles: ser atropellados, asaltados, incluso secuestrados es la constante. Desde el plano laboral, denuncian, están en la precariedad.

“Hay muchos que se van en bici, y esto las plataformas no lo toman en cuenta, simplemente lo que quiere la plataforma es que tu entregues el producto en buen estado, no le importa cómo vayas o cómo llegues, simplemente que lo entregues y eso es todo”, refiere Adrián, joven repartidor del municipio de Toluca.


Durante el periodo más complicado de la pandemia, las plataformas de reparto a domicilio triplicaron el número de su personal. Al último trimestre de 2022, el INEGI reportó alrededor de 400 mil en todo el país, situación que se explica como consecuencia de la elevada pérdida de empleos formales.

A 2023 lo que inició entre el año 2012 y 2013 como un trabajo complementario, se revirtió pues del global de trabajadores de ese sector, el 70% lo registra como su actividad principal: en su mayoría jóvenes, hombres y si bien con largas jornadas de trabajo de forma voluntaria y percepciones superiores al promedio nacional, pero vulnerables en cuanto al aspecto de la seguridad social.

Miguel Adolfo Guajardo Mendoza, investigador del Colegio Mexiquense, desarrolló una minuciosa investigación "Las plataformas de entrega a domicilio en la economía mexicana" y plantea un novedoso esquema de seguridad social, el cual propone un nuevo régimen en la Ley Federal del Trabajo, donde las contribuciones sean de forma tripartita, entre el Gobierno federal, el patrón y el trabajador.

Además, sugiere que esas aportaciones tendrían que ser opcionales, con cuotas progresivas o proporcionales al ingreso de los trabajadores y donde se tenga acceso a todos los beneficios de la seguridad social en México.

“Esperamos que esa propuesta en cuanto se publique sea retomada por actores políticos para que se enriquezca el debate y se pongan en la mesa otras alternativas”., comenta .

Javier, de 18 años, suele trabajar hasta 12 horas diarias.

“Los automovilistas te avientan el carro nada más porque son motos, le avientan a uno el carro”.

Se expanden el modelo


Las plataformas más comunes en el país y el Estado de México son Uber Eats, Rappi y la firma de origen chino, Didi Foods y son por lo regular donde los repartidores están dados de alta.

Guajardo Mendoza refiere que ese modelo de negocio inició con el reparto de alimentos a domicilio y a la fecha se ha expandido a prácticamente sectores como de alojamiento, venta de servicios, renta de espacios y ya es nombrado como “ la plataformización de la economía “.

Se trata, explica, de intermediarios que generan un espacio digital donde otros pueden llegar y satisfacer sus necesidades. Un espacio virtual donde convergen 24 horas, siete días a la semana vendedores y compradores a través de un dispositivo con internet.

Resalta que, si bien en los momentos más críticos de la pandemia ese sector creció de forma exponencial y con ello la demanda de consumo a domicilio, también incrementó la oferta de disponibilidad de mano de obra, sin embargo, los salarios se fueron a la baja.

Y aunque el trabajo de reparto inició como una actividad complementaria para las personas con un empleo de tiempo completo, a la fecha prevalecen los trabajadores que lo señalan como su actividad de tiempo completo, con una proporción del 70%, mientras que para el 30% restante sigue siendo un adicional, expone.

La mayoría, agrega, son jóvenes, hombres y en etapa de formación de educación media superior, incluso educación superior, pues estos últimos no han encontrado opción para integrarse a corto plazo al mercado laboral.

Extenuantes jornadas


José Luis, joven de 24 años también de Toluca , ha llegado a laborar más de 16 horas diarias ante la presión de pagar 4 mil pesos de renta al mes, alimentación, vestido, pago de servicios como gas y luz, gastos de telefonía, además del mantenimiento de su motocicleta.

Eso sin contar con la posibilidad de visitar al médico por enfermedad. Por fortuna, señala, hasta el momento no ha tenido algún accidente de gravedad al dar servicio como repartidor.

No se trata de un empleo informal. Los repartidores están dados de alta ante el SAT. Señala que en el caso de Rappi, les ofrece una aplicación que les apoya con facturación en este sentido y de inicio, cada viaje ya incluye un descuento por concepto del pago de impuestos.

El joven, cuenta con una bicicleta y aunque asegura tener buenas ganancias, porque el mantenimiento semestral de su bici es de alrededor de 300 pesos y no usa gasolina, está en desventaja porque le solicitan menos pedidos, aunque tiene el mismo riesgo. El uso de motocicleta eleva ese costo hasta en mil pesos pero cada mes y la erogación diaria a partir de 100 pesos de gasolina.


Por lo general los trabajadores de reparto a domicilio tienen largas jornadas de trabajo, en algunos casos de más de 14 horas diarias, pero con ganancias superiores al promedio nacional, sin embargo, con la desventaja de no tener seguridad social, refiere Guajardo Mendoza.

Más de la mitad de los repartidores consultados dijo ser soltero, de ahí que ve como ventaja manejar su tiempo, acceder a varias plataformas, sobre todo contar con ingresos superiores al promedio nacional y en algún momento hasta lo ven como una distracción, pero también señalan, de constante riesgo.

“No es pesado, yo me salgo, me distraigo, y es algo que me gusta, estar en la calle”, comenta Jorge, otro repartidor.

Hay mujeres jóvenes repartidoras, aunque, reconocen, son doblemente vulnerables por el constante acoso en calles y avenidas.

“No hay manera de defendernos, como que un hombre se baja y pelea , pero nosotros no”, comenta Alondra.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), refirió Guajardo Mendoza, un 25% de los repartidores cuentan con seguridad social pero no por su actividad, sino por cuenta de otro empleo, o porque los afilió su pareja. Sólo un mínimo porcentaje se inscribió al régimen voluntario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Refiere que hay por lo menos nueve iniciativas de ley en la Cámara de Diputados federal para atender el tema de la seguridad social de este tipo de trabajadores, sin embargo, la única opción es el esquema obligatorio y voluntario. El primero, añadió, con cuotas conjuntas entre el trabajador y el patrón.

Menciona que la Secretaría del Trabajo del Gobierno federal aplicó una encuesta en 2021 a ese sector sobre una posible afiliación voluntaria al IMSS, pero la respuesta fue limitada.

Marco Antonio, otro joven repartidor quien relata que intentó adherirse al IMSS, pero señala, “es carísimo” , pues mencionó que la aportación es de alrededor de 500 pesos a la semana, y resalta que esa afiliación es doblemente conveniente para las personas que ya cuentan con afore.

Esquema complicado


El investigador del Colegio Mexiquense considera que las iniciativas en el Congreso tratan de generar una legislación que obligue a las plataformas a dotar de seguridad social a los repartidores bajo el esquema tradicional, sin embargo expuso que esa ocupación no siempre cumple con ocho horas de trabajo y de forma continua. Además, dijo, no se ha podido argumentar una relación de subordinación pues los trabajadores están conectados con varias plataformas y se tendría que evaluar qué porcentaje tendrían que cubrir cada una.

“El gobierno federal no tiene todavía un mecanismo para poder allegarse de la información necesaria que indique qué porcentaje de las contribuciones o de las cuotas de seguridad social las va a tener que pagar la plataforma uno, cuales la dos...”, menciona.

Observa otras dificultades ante una eventual implementación del sistema de seguridad social obligatorio como el que las empresas se puedan amparar tras argumentar que no caen en el supuesto para ese tipo de régimen.

“A mi me parece que las iniciativas presentadas son más una señal para que los actores políticos muestren que están interesados con el tema, que tratan de hacer algo, pero no hubo mayor reflexión y al final el trabajador va a seguirse quedando sin seguridad social”.

Alternativa


Al resaltar su propuesta de seguridad social tripartita, Guajardo Mendoza expone que no tendrían que ser cuotas fijas pues se castigaría más al trabajador de reparto que menos gana, por tanto, tendrían que ser proporcionales al ingreso, además de opcional para quienes ya están inscritos al esquema mientras que obligatorio para los no cuenten con un esquema en curso.

“Esperamos que esa propuesta en cuanto se publique sea retomada por actores políticos”, para que se enriquezca el debate y se pongan en la mesa otras alternativas”.

Ante la expectativa de ser contratados por una sola plataforma y bajo un esquema tradicional, Miguel, otro joven repartidor considera que el pago mínimo debería ascender entre 7 y 8 mil pesos mensuales y con ello podrían cubrir sus necesidades.

“Y si no, que no dejen como estamos”

“ Si vamos a trabajar ocho horas continuas y con un solo patrón, que sea un sueldo competitivo y atractivo, si no, no tiene caso el cambio”, considera el joven.


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