Metepec, México.- El rebozo es prenda milenaria elaborada por artesanos de Tenancingo, icono de cultura, tradición y costumbre desde nuestros antepasados.
María de la Luz Nava y Georgina Zaa Nayazu, oriundas del municipio de Tenancingo, crearon e innovaron faldas, blusas, bolsos, carteras, collares, pulseras, aretes, corbatas, calzado para hombre y mujer con el telar del rebozo.
Estas jóvenes emprendedoras adquirieron conocimiento en la elaboración del hilo, tejido, puntas del rebozo del artesano don Evaristo Borboa, quien fue premio nacional de ciencias y artes 2005 en la rama textil, además de máximo exponente del rebozo a nivel mundial.
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Georgina Zaa Nayazu, egresada de la Facultad de Diseño Gráfico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), orgullosa de su raíces comenzó a combinar joyería de plata con collares de rebozo, luego de una invitación a exhibir su pieza en la Feria del Rebozo de la demarcación.
Conozco el proceso, la esencia de cada artesano y de cada mujer tenancinguense para portar un rebozo de manera diferente, como en una blusa, en una falda que resalta por la puntas de 8 o más hilos, o por los telares de colores vivos para llamar la atención del turista, conservando siempre la cultura y tradición de Tenancingo.
La forma de innovar de estas diseñadoras ha hecho que los hombres puedan portar corbatas, carteras y mocasines, no sólo en su vida cotidiana, sino en eventos culturales, sociales o bien para representar a su municipio en otras entidades del país.
Para incentivar el trabajo de los artesanos del rebozo de su natal Tenancingo, Georgina Zaa Nayazu comercializa sus diseños de prendas y joyería en el Mercado del Arte de Metepec, donde se le han abierto muchas otras puertas para que su trabajo y el de los tejedores sea valorado.
A María de la Luz Nava, nieta de reboceros, le fue inculcada la preservación de estas prendas desde los 15 años de edad, de ahí su amor por conservar la identidad del rebozo de Tenacingo, lo que la ha convertido en portadora de los telares hechos por el maestro Evaristo Borboa, desde su infancia.
Egresada de la carrera en Psicología, María de la Luz, al percibir la crisis y la poca valoración del rebozo, instauró un local comercial en el centro de la demarcación de donde es originaria, para ofertar los rebozos de los artesanos sin cobrarles un solo peso.
Al valorar los telares, comenzó a incursionar en la joyería usando el telar puro sin mezclarlo con metales, además de rescatar la puntas antiguas, la innovación, accesorios con colores de moda, cuyas prendas van de los 500 hasta 20 mil pesos, lo que la llevo a lograr su registro de marca denominado Malunga, que alude a su nombre.
Alumna del maestro Evaristo, María de la Luz resalta las manos de los artesanos que comienza con la colocación de las madejas en el carrete, para urdir, pepenar para hacer el jaspe, remojar en atole de maíz para después azotarlo, teñirlo y almidonarlo, mostrando entre otra de sus pasiones los empuntados con cordones, es decir, el agrupamiento de los hilos de 8 a 12 para formar grecas, nombres entre otras figuras.
Otra de sus cualidades de esta joven es la elaboración de bufandas para caballeros, con colores serios y diseños no tan femeninos que actualmente se usan con trajes, smoking o fracs, o bien, ropa casual dependiendo del gusto de cada personas e incluso ha elaborado velos y caudas para ajuares de novias, lo que la hace sentir orgullosa.
Es un orgullo para mí y para los artesanos que las persona luzcan los rebozos de Tenancingo con las puntas con nombres o figuras, que han sido exhibidos en Salamanca, España; esto me motiva a mis raíces y a mi origen que me inculcaron mis abuelos.