La propuesta para retirar el monumento al exgobernador Carlos Hank González causa debate entre los historiadores, pues significaría un cambio de discurso en el poder público, desde el cual se crea el llamado panteón patrio.
El historiador Víctor Salazar Velázquez calificó dicha propuesta como un atentado al patrimonio histórico y cultural del Estado de México.
La iniciativa para retirar dicho monumento que se encuentra en el Paseo Tollocan de la capital mexiquense es del cuarto regidor de Toluca, Arturo Chavarría Sánchez, quien lo sugiere como parte de una estrategia para reordenar esta vialidad.
"Se colocó monumentos de gente que no hizo nada por la patria; al contrario, la saquearon", indicó esta semana el representante popular de Morena.
Por ello, consideró necesario retirar monumentos de personas que no representan nada para la vida nacional, estatal y municipal, a fin de dar prioridad a estatuas de personajes como Emiliano Zapata.
Sin embargo, el historiador aclaró que Hank González no es un héroe tradicional, ni empuñó las armas para defender la soberanía nacional, pero sí fue un personaje que supo aprovechar las circunstancias de su tiempo para promover e impulsar el desarrollo económico e industrial del Estado de México.
"Carlos Hank González tuvo la suerte de que en su época de político se dio el despliegue económico e industrial en la región y trabajó para impulsarla en la entidad que lo vio nacer, además de que es un personaje que forma parte de la historia local desde la década de los años 60", afirmó.
Salazar Velázquez consideró que dicho monumento ya forma parte del paisaje urbano de la capital mexiquense y el citado exgobernador forma parte de la historia local.
El retirar una estatua, comentó, no va a solucionar la situación de pobreza, violencia y desigualdad social que viven los mexicanos.
"Como aficionado al estudio histórico serio, sé que no todos los personajes públicos merecen estar en un pedestal, pero eso no significa y menos justifica que alguien se adjudique el derecho a atentar o mutilar lo que ya forma parte de nuestra identidad y de nuestro ya de por sí empobrecido patrimonio cultural e histórico", apuntó.
El monumento a Carlos Hank González, quien también fue alcalde de Toluca, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, y Secretario federal de Turismo, entre otros cargos, fue un proyecto impulsado por el exgobernador Arturo Montiel Rojas, el cual tuvo una inversión de un millón de pesos y fue inaugurado en agosto de 2004.
DISCURSO HISTÓRICO
Para Karen Mejía Torres, maestra en Historia por el Colegio de México, el asunto es discursivo.
“Si logran (retirar el monumento), evidenciará el intento de un cambio en el discurso, la intención de desaparecer del panteón patrio a ciertas figuras locales -emblema del partido en el poder en ese momento- y la de exaltar a los grandes héroes de la historia oficial como Zapata y Morelos”, explicó.
Respecto a los señalamiento de Chavarría Sánchez hacia la figura de Hank González, la historiadora pidió reflexionar sobre las consecuencias prácticas.
“Todo se queda en el discurso, quitarlo podría parecerle al regidor un acto de justicia, y puede ser que el discurso triunfalista del PRI, que promovió el monumento, ya esté rebasado; pero habría que interrogarse sobre las consecuencias prácticas”.
Sobre la trayectoria del exgobernador mexiquense apuntó que la sociedad sabe su obras, faltas y omisiones.
“La memoria de la gente está viva, al menos de una generación, y sabrá su obra y actividad política, así como las posibles faltas y omisiones”, apuntó.
La historiadora reconoció que la función de esos monumentos sirve para hacer patente la historia en las urbes.
“Reproducen un discurso histórico y pretender recordar a las personas los símbolos de una identidad. Aunque esa función tuvo su auge en el siglo 19 con la formación de las naciones”, aclaró.
Mejía Torres también lamentó que la historia siga siendo una arma de ataque político y legitimación, más que de conciencia.
FÍGURA
El exgobernador Carlos Hank González era considerado como líder del mítico Grupo Atlacomulco, del cual emergieron distintos gobernadores de la entidad, de acuerdo con distintos politólogos y especialistas.
El "Profesor" Hank, como también se le conocía, fue cercano a los expresidentes José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari.
En el Estado de México fue formador de distintas generaciones de políticos del PRI. Además de ser autor de la frase de “Un político pobre, es un pobre político".