Comerciantes de artesanías y alimentos del poblado de Santa Martha en Ocuilan, aprovecharon el retorno de la entidad mexiquense al semáforo naranja para retomar sus actividades comerciales, mismas que se vieron mermada desde el inicio de la pandemia de Covid-19 en marzo del año pasado.
Y es que, pese a que no haberse registrado alto índice de contagios de coronavirus, el tránsito de paseantes disminuyó drásticamente entre mayo y agosto del 2020.
De acuerdo con algunos de los afectados entrevistados, los viernes, sábados y domingos eran considerados como los días de mayor venta y consumo, no obstante, la pandemia redujo sus ingresos en más del 50%.
"Nuestras ventas son con los turistas que van hacia Cuernavaca, a las Lagunas de Zempoala o hacia Chalmita, pero cuando comenzó la pandemia ya no había el mismo flujo (de automovilistas), ni siquiera los fines de semana, que son los días de mejor venta", comentó Epifania Domínguez, comerciante.
Por ello, tras el retorno de la entidad mexiquense al semáforo naranja por segunda ocasión, los comerciantes recobraron los ánimos de trabajar pero sin bajar la guardia.
"Tenemos que usar nuestro cubrebocas para evitar contagiarnos del covid", argumentó la entrevistada, quien reconoce que no cuenta con afiliación a una institución de salud pública.
A mayor variedad mayores ventas
Para garantizar un mayor número de ventas y de ingresos, los habitantes de Santa Martha han tenido que hacer crecer sus puestos improvisados que día con día instalan al pie de la carretera Ocuilan- Tianguistenco.
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Además de alimentos preparados, sobre la vialidad se venden artesanías de barro y textiles, papalote y rehiletes con diversos colores, tamaños y formas, hamacas y cunas tejidas, macetas, alcancías y hasta bebidas embriagantes como pulque, cerveza y licor artesanal.
"Mientras más variedad tengamos más posibilidades hay de ganarse algo", explicó la señora Epifania.