La pandemia del Covid-19 y los problemas que vive actualmente el embalse Miguel Alemán Valdés, son los principales retos a los que se enfrentan los lancheros de Valle de Bravo.
Pues la reactivación económica, la contaminación y el nivel de la presa de este municipio han repercutido en la vida cotidiana de los más de 60 prestadores de servicios turísticos de paseos en lancha.
En entrevista con este medio, Camilo Ruíz Sánchez, prestador de servicios de renta de lanchas con más de 40 años trabajando, reconoció que la pandemia los ha afectado “drásticamente”.
Por lo que generar estrategias para la reactivación económica es su objetivo primordial.
“Ahora sí, si no nos mata el virus nos mata el hambre, así de fácil. El año pasado (2020), pues todo el año amolado, pero ahorita, obviamente ya nos dejaron trabajar” explicó Ruíz Sánchez.
Actualmente, el color verde del semáforo epidemiológico del gobierno federal, en el que se encuentra la entidad mexiquense, ha permitido que la capacidad de las embarcaciones que ofrecen el paseo por la presa aumente.
Sin embargo, los visitantes aún están asustados evitando aglomeraciones en todo momento, por lo que la reactivación económica en Valle de Bravo “va a cuenta gotas”.
“Lo que cambia es que la gente, por equis situación, no viene (a Valle de Bravo), quedó asustada, tiene miedo a aglomerarse, no hay dinero, aunque la gente viene, no gasta”, reconoció el lanchero entrevistado acerca del principal reto al que se enfrentan.
Aunado a esta situación, el nivel de la presa actualmente no es el óptimo, al superar apenas el 50% de su capacidad total, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
“(El nivel de la presa) nos ha afectado bastante, pero bueno, el nivel estaba más abajo todavía, ahorita ya va subiendo poco a poquito, no al nivel que debería de ser, pero ya se ve menos fea la laguna”, reconoció Crisantos Sánchez, prestador de servicios turísticos de paseo en yates y lanchas.
Por lo que, ofrecer un paseo en lancha en un lago con un nivel bajo dificulta la labor de vender.
“A todos nos afecta, a todos. Por ahí dicen unos comerciantes: ahorita les está afectando a los lancheros, pero insistió, nos está afectando a todos porque es el motor de la economía de Valle de Bravo, al menos de la cabecera municipal”, enfatizó Ruíz Sánchez.
Un problema más es el tema de la contaminación de dicho embalse, el cual se ha agudizado en los últimos años por el color y olor del agua que almacena.
“Ahí dónde desemboca el río Velo de Novia se acumula un montón de basura, ¿por qué se llena de basura? Porque toda la gente que vive en Avándaro echa todos los desechos, todos los viernes”, puntualizó Crisantos Sánchez.
Por lo que pidieron el apoyo de las instancias necesarias para atender dichos problemas en materia de turismo y medio ambiente, con el objetivo de reactivar la economía y no afectar a las más de 60 familias que dependen de este sector turístico.
“Queremos algo de apoyo (de parte del gobierno), que no nos afecte, de por sí dicen que no viven del turismo y, la mera verdad, vivimos todos del turismo, sin el turismo no somos nadie”, concluyó Crisantos Sánchez.