Estrés y ansiedad en niveles muy altos han enfrentando los jóvenes con algún tipo de discapacidad durante la fase de confinamiento por la pandemia del Covid-19.
Los jóvenes y adultos mayores con alguna discapacidad están considerados dentro de los grupos vulnerables, según estadísticas del Instituto Mexiquense para la Protección e Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad.
No sólo experimentan estos sentimientos, pues sus actividades académicas, de rehabilitación o laborales quedaron también paralizadas, así lo señala Alejandro Gutiérrez Cedeño, coordinador del Centro de Estudios y Servicios Psicológicos Integrales de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la UAEM.
De ahí que coincide en que este sector de la población, entre otros grupos, sean los más afectados por la situación de emergencia sanitaria.
“Ellos, muchas veces, dependen de familiares, amigos, primos, a veces de algunas personas contratadas para ese fin, pero ante el confinamiento por supuesto que fueron vulnerados porque enfrentaron, en primera instancia, la posibilidad de no tener cerca a quien los cuidaba de manera permanente, además de la falta de los servicios de terapias y consultas, entre otras”, puntualizó el especialista.
El impacto emocional por el encierro y aislamiento social ha estado presente para la población en general, pero evidentemente dañó sobremanera la cotidianidad de personas con discapacidad y sus cuidadores o ayudantes, refirió.
Más allá de transmitir información sobre la crisis sanitaria de la pandemia, Gutiérrez Cedeño consideró que los tres órdenes de gobierno deben garantizar la creación de espacios laborales y acceso a estos dirigidas a las personas con discapacidad, así como la libre movilidad en las ciudades.
“Creo que los avances son importantes pero ahora, después de la información, tenemos que pasar a la creación de condiciones favorables para el mejor estilo y calidad de vida para todos los discapacitados”, adicionó el psicólogo.
Capacitación en línea
En México, hasta 2018 residían 29.3 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años, que representan 23.4% del total de la población del país. De esta cifra, 2.0%, es decir, 580 mil 289 personas eran consideradas población con discapacidad, según cifras de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) del INEGI.
Antes de la pandemia por el nuevo coronavirus, las personas con discapacidad ya enfrentaban sus propios retos cotidianos.
No obstante, a partir de marzo, cuando se decretó el confinamiento por la emergencia sanitaria, las crisis psicológicas en este sector se “dispararon”, Por ello, la Secretaría de Salud comenzó a impartir ayuda psicológica a quienes lo solicitaron.
La respuesta de la población para atender la contingencia sanitaria ha sido favorable en todos los sectores, incluyendo las personas con discapacidad, aseguró Mario Rodolfo Reyes González, director general del Instituto Mexiquense para la Protección e Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad.
Con el objetivo de garantizar información oportuna sobre la atención e inclusión de las personas de este sector, durante la pandemia por el Covid-19, el instituto creó la plataforma de capacitación en línea.
A través de este servicio se imparten talleres en temas como la discapacidad y el trabajo, las buenas prácticas en el servicio público para la atención de las personas con discapacidad ante la nueva normalidad y los derechos humanos de este sector, entre otros.
“La situación aquí es que hemos tratado de seguir trabajando en mesas de trabajo para garantizar que haya el acercamiento de la información oportuna en torno a la emergencia sanitaria, con una guía inclusiva, con spots, con los medios más accesibles para las personas con discapacidad, para prevenir cualquier situación indeseada que pudiera afectar a este sector”, declaró Mario Rodolfo Reyes.
El funcionario estatal dio a conocer que el instituto que preside también participó en la elaboración de la guía inclusiva para la protección de la salud de las personas con discapacidad durante la pandemia y que fue publicada por el gobierno federal. Este trabajo tuvo la participación de varias instituciones de la sociedad civil organizada, así como personas con discapacidad.
“El objetivo es tomar a consideración todos los señalamientos que ellos tienen, a fin de que la guía del tema resultara útil para las personas. Esta guía ya fue publicada y las personas ya pueden hacer uso de ella, sólo necesitan descargarla en nuestro portal”.
Exclusión y marginación
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se estima que en América Latina y el Caribe habitan alrededor de 70 millones de personas con discapacidad (física o motriz, intelectual, psicosocial, sensorial o múltiple), población que se ha visto severamente afectada en su entorno social, familiar y económico derivado de la pandemia, lo que profundizará su situación de exclusión y marginación.
Además, los hogares que tienen a algún miembro con discapacidad tienen mayores gastos debido a los costos por servicios de salud, rehabilitación y la educación especializados. A estos se agrega la compra y manutención de dispositivos de asistencia, los medicamentos y el transporte, señala la CEPAL en su informe sobre la situación y orientaciones que enfrentan las personas con discapacidad de cara al Covid-19.
El documento señala que las personas con discapacidad tienen un mayor riesgo ante el Covid-19 debido a sus limitadas posibilidades de protegerse del contagio o de buscar diagnóstico y tratamiento por la falta de información sobre el virus en formatos accesibles y la falta de accesibilidad en los establecimientos de salud.
Y destaca la importancia de que todos los gobiernos garanticen la atención hospitalaria a ese sector y la información oportuna dirigida a personas con cualquier tipo de discapacidad.
Por otro lado, la suspensión de actividades educativas presenciales afecta severamente los mecanismos y procesos de aprendizaje de las personas con discapacidad, pues no todos cuentan con un familiar cercano (sobre todo padre o madre) que tenga las habilidades y técnicas didácticas para atender sus necesidades de aprendizaje.
El confinamiento alteró las rutinas cotidianas de prácticamente toda la población, no obstante, esto puede afectar de manera negativa el bienestar de las personas con discapacidad y sus familias, aumentando el riesgo de exposición a la violencia intrafamiliar, en el caso de las mujeres.
Proporciones según la ENADID
La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) del INEGI de 2018 señala que las actividades como aprender, recordar o concentrarse (40%); ver aún con el uso de lentes (32.6%) y hablar o comunicarse (30.2%) son las actividades con mayor proporción de niños, niñas y adolescentes con discapacidad en el país.
A estas le siguen la dificultad para escuchar aún con el uso de un aparato auditivo (11.3%) y actividades motrices (10.9%).
Los resultados de la ENADID 2018 reflejaron que por cada 100 niñas, niños y adolescentes con discapacidad, 87 están afiliados a alguna institución de servicios de salud y de estos últimos, 57.5% son hombres y 42.5% son mujeres.
Del total de niños, niñas y adolescentes con discapacidad que cuentan con servicio de salud, 58.2% pertenecían a un programa social con acceso a atención médica (Seguro Popular o Seguro Médico Siglo XXI); el 36.7% al IMSS; el 5.9% al IMSS-PROSPERA; el 5.6% al ISSSTE y 2.2% a otra institución o un seguro privado.
Respeto a sus derechos
En el contexto del Covid-19, la CEPAL recomienda el respeto a los derechos de las personas con discapacidad, el garantizar su acceso oportuno a información relacionada con la contingencia sanitaria, así como el de espacios de atención médica para ese sector y el reforzar las prestaciones de protección social no contributivas, aspecto que incluye también a sus familias.
Recomienda también que los gobiernos las provean de apoyo psicosocial y a sus familias. Asimismo, potenciar redes de apoyo para asegurar la continuidad del trabajo, la educación y la prestación de servicios de rehabilitación a través del uso de tecnologías de la información y se flexibilicen las restricciones a la circulación en la vía pública.