A partir de la última semana de febrero inicia la denominada “Temporada de Ozono”, que marca el inicio del incremento de la temperatura ambiental ocasionando que los niveles de ozono en el aire llegan a concentraciones de riesgo para la salud.
Esta temporada tiene lugar hasta el mes de junio, es decir, con la llegada de la temporada de lluvias.
De acuerdo con información de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA) de la Secretaría de Medio Ambiente de la entidad, el ozono es un contaminante gaseoso que causa daños a la salud y al medio ambiente cuando se encuentra en altas concentraciones, pues es la reacción entre compuestos orgánicos volátiles, los óxidos nitrosos y la luz solar.
Según información de la organización ambientalista Greenpeace, el incremento del ozono en el aire se registra principalmente entre las 13:00 y 18:00 horas.
Desde febrero y hasta junio, que es cuando termina la temporada de ozono el ambiente es seco y la radiación solar es intensa, lo que favorece que el ozono permanezca flotando más tiempo en la atmósfera.
Daños a la salud
Entre los principales daños a la salud que las altas concentraciones de ozono provocan son al aparato respiratorio, lo que causa irritación en las mucosas y en casos severos puede producir afecciones pulmonares, según la información de la RAMA.
Entre los principales síntomas que una persona puede detectar tras una exposición a ozono destacan la tos, dolor de cabeza, náuseas, dolores pectorales y acortamiento de la respiración (jadeo).
Además se pueden presentar inflamaciones pulmonares, hiper-reactividad de las vías respiratorias y un grave deterioro de la actividad pulmonar.
Según la dependencia estos síntomas se manifiestan en las personas cuando las concentraciones de ozono son arriba de 0.11 ppm (partes por millón).
Otros datos
Pese a que puede haber ozono “bueno”, es decir, que no causa daños a la salud (al exterior del planeta), también existe el malo, según la información de la RAMA.
La contaminación mayor se registra cuando hay altas temperaturas ambientales, además las fuentes naturales de los precursores de ozono incluyen las emisiones de las plantas y suelos, los incendios forestales y los rayos durante las tormentas eléctricas.