Más de 15 meses de pandemia disparó el consumo de sustancias ilícitas entre los jóvenes y menores de edad del municipio de Nezahualcóyotl.
Edmundo Francisco Esquivel Fuentes, presidente del Patronato de Centros de Integración Juvenil Nezahualcóyotl, informó que en este periodo sí hubo un incremento significativo en consumos de sustancias ilícitas entre menores de edad de entre 10 y 14 años.
“Hemos identificado que entre niños de 10 y 14 años hubo un aumento de más del 26 por ciento de sustancias ilícitas como es el alcohol, y entre los jóvenes de entre 15 a 19 años de edad se registró 53 por ciento de aumento, por tanto, la alerta es muy latente y constante, porque hoy cada vez están más al alcance de los jóvenes más sustancias”.
Explicó que cuando los alumnos regresaron a sus actividades escolares medianamente cotidianas, e inclusive en línea, padres de familia acudieron al centro de integración ya que detectaron entre los menores ansiedad, maltrato infantil, pero también detectaron alto consumo de sustancias que detona violencia.
El representante del patronato dijo que el alertamiento radica, en parte, en que la misma sociedad ha normalizado el consumo de las sustancias, ya que, aseguró, no es lo mismo tener un primer contacto con el alcohol a los 18 que a los 12 años, el cerebro adolescente es más vulnerable a los efectos tóxicos del alcohol o de cualquier droga.
“90 por ciento de los jóvenes que son atendidos diariamente en Centros de Integración Juvenil refieren haber consumido alcohol y tabaco, muchas veces consentido por sus mayores”, aseguró.
Señaló que está documentado que en un 85 por ciento es más fácil tener una adicción en un primer contacto a temprana edad con una sustancia ilícita, que tenerlo a una edad adolescente o adulto.
Aseguró que la pandemia no solo vino a detonar varias adicciones, también aislamientos y la alta convivencia provocó violencia intrafamiliar, “El consumo de las sustancias fue una salida fácil para muchos de los jóvenes”, recalcó.
Refirió que lo primero es identificar que hay un problema, poder generar un esquema de actividad familiar que pueda ayudar a resolver la problemática, así como más reglas y leyes severas.
Pidió una verdadera política de prevención donde involucre a legisladores, jueces, policías, directivos de escuelas, asociaciones de padres de familia, y empezar a cumplir la ley y la prohibición de venta a menores, así como una constante y estratégica supervisión a lugares, además de una verdadera campaña de sensibilización al interior de las familias y de jóvenes.