El exgobernador Arturo Montiel Rojas advirtió que el PRI no se está jugando sólo su cohesión y unidad, sino su capacidad para recuperar la confianza de sus militantes y la credibilidad de la ciudadanía en su próxima elección para elegir a la su nueva dirigencia nacional.
Es un momento crucial en el que se pondrá a prueba la auténtica voluntad de cambio de los priistas, pues no se trata solo de decir unidad de dientes para afuera, sino de sentirla desde adentro.
En una extensa entrevista con este medio, Montiel advirtió que si a partir de ahora el PRI quiere recuperar a muchos de los militantes que se fueron porque no los escuchó o porque desde las cúpulas les cerraron las puertas, deben reconocer que la fuerza genuina del tricolor está en sus bases, no en sus dirigentes.
“Ya vimos en la pasada elección los resultados, cuando un partido se desentiende de su militancia”.
Montiel lamentó que el Instituto Nacional Electoral (INE) no le vaya a ayudar a organizar su proceso interno, lo cual, reconoció, generaría confianza entre la militancia y a ciudadanía en general. Ante ello, celebró que los integrantes del Consejo Político Nacional hayan acordado que la renovación de la dirigencia nacional se haga mediante la participación directa de los militantes, como ha sido una exigencia y un reclamo del priismo nacional.
“Ahora es el momento del compromiso y la corresponsabilidad de todos los priistas, para qué, a través de un padrón de militantes actualizado, confiable y verificado, podamos realizar una elección ejemplar que nos dé mayor cohesión y nos legitime ante la ciudadanía”.
Encuestadoras
Montiel propuso la participación de casas encuestadoras en la contienda interna para medir la empatía con la militancia, conocimiento del partido y capacidad para llevar a cabo el trabajo que se requiere de cada uno de los aspirantes.
Consideró que podrían organizarse encuentros en todo el país, con un público disímbolo, donde todos los aspirantes hablen del mismo tema, y puedan ser evaluados por una Comisión y por las encuestadoras, para ir viendo quién es el candidato más idóneo.
La idea es que ninguno de los aspirantes sepa quién estará ahí y pueda externar su punto de vista con libertad.
Confió en que en esta etapa de renovación prevalezcan la buena fe, la concordia y la generosidad, y que se pueda llegar a un Acuerdo que garantice la civilidad y la unidad en este proceso.
Código de ética
En cuanto al voto de castigo que recibió en los pasados comicios, subrayó que el PRI debe ser un activo vigilante de la conducta y honestidad de sus militantes y la primera instancia en exigir la rendición de cuentas de sus gobernantes y legisladores, de todos los niveles.
Aseveró que es momento de realizar los cambios estatutarios para dotar a los órganos directivos y a los Consejos Políticos del Partido de facultades plenas para vigilar y, en su caso, denunciar y sancionar las conductas ilícitas y el mal uso de los recursos públicos de funcionarios priistas, y también de los gobiernos y servidores públicos de otros partidos.
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Puntos a discutir
Tajante, subrayó que es momento de discutir y debatir sin reservas los resultados obtenidos con la adopción de las candidaturas ciudadanas, así como con la reelección en los cargos de elección popular.
Insistió que hay que estrechar los puentes de comunicación entre las dirigencias nacionales, estatales, municipales y los distintos cuadros del partido, “donde nadie quede fuera, desde los exgobernadores, pasando por exsenadores, exdiputados federales y locales, ex miembros de ayuntamientos, exdirigentes partidistas, ex dirigentes de sectores y organizaciones”.
Es necesario aprovechar el valioso conocimiento y la experiencia de los viejos, que no sobran, y sumar el entusiasmo y la energía de los jóvenes con deseos de hacer una carrera de partido.
El PRI, apuntó, requiere rediseñar los espacios operativos de trabajo, llámense regiones, distritos, municipios o secciones electorales, dependiendo del peso electoral y de su circunstancia política. Tener presente que los distritos electorales federales no coinciden con los distritos locales, por lo que desde ahora se debe considerar esta parte en las elecciones intermedias para el diseño de estrategias.
De ahí que es fundamental fortalecer los canales de comunicación y atención con la militancia de base a través de una “operación cicatriz” que permita recuperar a los militantes que abandonaron el Partido o fueron desplazados en el pasado proceso electoral, puntualizó.