Si bien se mantiene la posibilidad de que se registre un aumento al costo del pasaje en el transporte público, el cual actualmente se ubica entre 12 y 15 pesos en el valle de Toluca, deberá ser el instituto en la materia el que se pronuncie al respecto.
Odilón López Nava, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (Canapat), delegación Estado de México, reiteró que no descarta un incremento tarifario, como consecuencia del ajuste en el peaje de las autopistas del 3% que aplicó el gobierno de la República desde el año anterior, así como del repunte constante en el costo de sus principales insumos, como gasolina y refacciones.
“Cada una de las empresas afiliadas a nosotros seguirá revisando su situación financiera interna, con el propósito de realizar algún pronunciamiento y solicitar como consecuencia nuevamente la revisión tarifaria de las mismas”, externó.
Derivado de lo anterior, la Secretaría de Movilidad, informó que existen solicitudes por parte de la Canapat para que se aplique un ajuste a la tarifa mínima para los usuarios del transporte público en la entidad; sin embargo, todavía no se tiene nada concreto.
Asimismo, el titular de la dependencia ha venido comentando que por el momento ve lejana la posibilidad de un incremento en el costo mínimo del pasaje en la entidad mexiquense, ya que dicha determinación la tendría que tomar el Instituto del Transporte.
Por su parte, el Instituto del Transporte continúa analizando la posibilidad con base en estudios técnicos, ya que desde el 2019, las autoridades mexiquenses aprobaron un incremento del 20% al costo del pasaje en el estado, por lo que desde ese tiempo la tarifa mínima autorizada para los concesionarios de transporte público se ubica en 12 pesos o poco más dependiendo de la ruta.
Ante dicho panorama, López Nava mostró su inconformidad porque la irregularidad en el transporte se mantiene a través de los taxis colectivos que realizan constantes aumentos de precios; además, de que continúan generando una economía subterránea, pero también “un imperio”, ya que comercializan diésel de dudosa procedencia, así como refacciones robadas.
Además, indicó, se trata de un sector que no tributa, genera problemas sociales, inseguridad y agresión hacia los ciudadanos, lo cual también se observa claramente en las vagonetas y los mototaxis que circulan en el valle de México.