El distanciamiento social o físico decretado a partir de este 20 de marzo y hasta el 19 de abril como parte de las medidas para frenar el contagio por Coronavirus y la enfermedad COVID 19, provocó que padres de familia con niños y adolescentes en edad escolar tuvieran que hacer compras para cubrir las necesidades de alimentación, particularmente las colaciones de mediodía en el receso escolar, esto fue lo que compraron.
María del Carmen Colín tiene un niño en primaria, uno en secundaria y otro más en bachillerato, comenta que no acostumbra prepararles lunch a sus hijos, pues en sus escuelas tienen una cafetería con un excelente menú, bien equilibrado y nutritivo, pero le representa un gasto diario de 120 pesos.
En esta ocasión, además de los productos que compra cada semana, adquirió verduras, frutas y legumbres para poder preparar ensaladas y botanas saludables, entre ellas, lechuga, zanahorias, jícama, jitomate, aguacate, espinacas y germinados, así como aderezos preparados para ahorrar tiempo, pues tiene un negocio de manualidades que atender, el cual mantendrá abierto sólo para surtir mercancías, pues ha suspendido las clases que brinda a sus clientas para reducir el contacto físico; además, incluyó dos botellas de cloro y otras dos de desinfectante para pisos y superficies.
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María Teresa Mercado comentó que para ella no representó problema el lunch de sus hijos, pues como se dedica al trabajo del hogar todos los días prepara los alimentos que van a comer en la escuela, por lo que su compra fue igual al de cada semana, carne, pollo, frutas y verduras en el Mercado Juárez.
“En el súper compré, en primer lugar, desinfectante para pisos, detergente, cloro, jabón líquido para manos y papel sanitario porque se va a consumir más con todos en casa, además de pastas, galletas, mermelada, arroz, frijol y condimentos para guisar”.
Yolanda Hernández trabaja en un call center, en donde le dieron la oportunidad de trabajar desde casa para poder estar con sus gemelos que cursan el cuarto año de primaria; es madre soltera y comenta que para ella es un alivio contar con una escuela donde sus hijos pueden cursar un club de tareas, pues eso le permite cumplir con su horario de trabajo sin descuidar a sus hijos.
La ventaja de este esquema escolar es que los niños tienen asegurada su colación y la comida de mediodía, que es la comida fuerte, yo paso por ellos y tenemos más tiempo para convivir, pero ahora tengo que analizar con cuidado qué y cuánto comprar, por lo pronto llevo atún porque no necesito mucho tiempo para prepararlo.
También aprovechó las verduras precocidas y congeladas que venden en los supermercados, así como galletas, manzanas, plátanos, frutos secos, semillas como cacahuates y almendras, además de un aderezo, galletas y pan de caja; además de cloro porque ya no encontró otro tipo de desinfectantes.
Enrique González trabaja en su casa, convirtió la cochera en local para reparar equipo de cómputo y pantallas de televisión, vive con un hijo que estudia primaria, en su casa sólo prepara desayuno y merienda, la comida generalmente la hacen en una cocina económica, por lo que no tenía mucha idea de qué comprar para las colaciones de mediodía y de la tarde.
Sin embargo, se decidió por comprar frutas fáciles de comer como plátanos, manzanas, peras, naranjas y mangos, también incluyó embutidos y pan de caja para hacer emparedados y algunos dulces y chocolates para que su hijo no tenga que salir a la tienda de la colonia donde viven a comprarlos.