Este viernes Victorino Barrios concluye su función como contralor del Poder Legislativo mexiquense, después de 15 años y 10 meses de haberse mantenido en el cargo.
Se va tras haber impuesto 9 mil 280 sanciones, casi 80 de ellas a diputados mexiquenses, quienes antes de su llegada casi eran intocables, pues nunca los castigaban, pero llegó a inhabilitar a servidores públicos y a buscar la profesionalización de la Contraloría.
Durante una entrevista dijo que hasta este miércoles la Junta de Coordinación Política en la Legislatura local no le había hecho ninguna propuesta para mantenerse en el cargo y destacó que todavía no tiene definido a dónde irá, pero cuenta con algunas ofertas de trabajo.
“Iré a donde sea útil”, afirmó al tiempo de señalar que posiblemente se tome algunos días de descanso para definir su futuro, pero prevé escribir un libro.
“Hay muchos espacios, quisiera tomarme como un descansito, una o dos semanas para ordenar las ideas, tengo en mente escribir dos libros, si no estoy en otro lugar donde sea útil, escribiré y el primero es un anecdotario de la corrupción: va a ser toda una enciclopedia”.
En entrevista señaló que durante el tiempo que laboró como contralor encontró resistencias, “cerrazón” de algunos servidores públicos, e incluso la negativa, en otras Legislaturas, a firmar en la Junta de Coordinación Política, las propuestas de sanción que presentaban, pero logró que los 75 legisladores y la mayoría de los servidores públicos cumplieran con la entrega de su manifestación de bienes.
También impulsó la profesionalización del personal de la Contraloría del Congreso local y dio conferencias para que los servidores públicos entiendan que deben acatar la ley y llegan a servir, no a servirse.