En el Estado de México, Metepec, Xonacatlán, San Miguel, localidad de Tequisquiac, así como Tlalnepantla, Emiliano Zapata, ubicada en Hueypoxtla, y Ecatepec, están clasificadas dentro de las 50 ciudades del país con mayor contaminación del mundo, de acuerdo con los datos históricos entre 2017 y 2022 del sistema Grandes Ciudades del IQAir

De acuerdo con especialistas, factores como el elevado crecimiento poblacional, incendios, un deficiente sistema de transporte en el caso del valle de Toluca, entre otros aspectos, han influido en la generación de altas concentraciones de contaminantes, además, en la situación de zonas específicas de Tequisquiac, y Hueypoxtla, el viento juega un importante papel como dispersador hacia zonas con vegetación.

“No es una cuestión estática, el contaminante atmosférico se está desplazando en las capas de la atmósfera a través del viento, pero no es tan fácil decir, se genera aquí y aquí es donde lo medimos, muchas veces se genera aquí y lo desplaza otros sitios”, explicó la investigadora de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, Xanat Antonio Nemiga.

Suspenden contingencia ambiental en el valle de México

IQAir ubica a Metepec como la ciudad más contaminada de las localidades de Estado de México, pues durante siete meses de 2022 presentó la categoría de mayor contaminación, seguida de Xonacatlán, luego San Miguel, enseguida Tlalnepantla, seguida de Emiliano Zapata, y al final Ecatepec.

En el caso de Metepec la concentración de partículas PM2.5 es actualmente 6.7 veces superior al valor guía anual de calidad de aire de la Organización Mundial de la Salud, mientras que el de Ecatepec es de 6.4 y el de San Miguel, en Tequisquiac, es de 5.4.

El Índice de Calidad del Aire (AQI) es una medida de las concentraciones de contaminantes del aire en la contaminación del aire ambiental y sus riesgos para la salud asociados. Mide seis tipos de contaminantes del aire: PM2.5, PM10, monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y ozono a nivel de suelo.

Llama la atención que la medición incluyó a tres sitios poco mencionados en cuanto a contaminación: Xonacatlán, San Miguel, en Tequisquiac, y Emiliano Zapata, en Hueypoxtla. Al respecto, la presidenta del Movimiento Ecologista del Estado de México, Luz María Gómez Ordóñez, explicó que si bien la fuente de contaminación se halla en las zonas urbanas, el viento dispersa los gases a zonas conurbadas.

“La contaminación atmosférica no respeta fronteras”

Puntualizó que el alto crecimiento poblacional en zonas como Xonacatlán, es otro de los factores que también contribuyen a la concentración de contaminantes, pues en esa área hay un elevado número de unidades habitacionales donde el parque vehicular tiene que ser usado para salir y accesar.

“El alto número de población y la escasa o nula planeación urbana, lo que nos van a llevar es a una situación de asentamientos”. A esto se suman también las industrias, agregó.

Mencionó también que otro factor que contribuye a la contaminación son los campos de cultivo. Explicó que la contaminación atmosférica no solo se mide por gases de efecto invernadero, sino también con partículas suspendidas, muy finas, producto del polvo y de incendios o quema de pastizales.

A su vez, Antonio Nemiga refirió que en el ámbito rural, la contaminación tiene que ver también con procesos de deforestación y prácticas agrícolas como la quema de pasto. La preparación de los campos para el cultivo, agregó, libera muchos contaminantes a la atmósfera, además, la falta de arbolado alrededor de los cultivos ocasiona que no haya forma de atrapar las partículas PM2.5 y PM10.

En este sentido, Gómez Ordóñez dijo que actividades como la quema de pasto en zonas agrícolas son muy comunes en épocas de estiaje.

“Tenemos humo, tenemos gases de fábrica, gases que se emiten a la atmósfera provenientes de la zona industrial, del parque vehícular, y entonces se hace un cóctel en donde uno ya no sabe lo que está respirando”.

Incluso, Gómez Ordoñez comentó que otra fuente de contaminación lo constituye el fecalismo, tanto de seres humanos como de animales.