Si se presta atención, en medio de la algarabía de los camiones y las bicicletas, en las calles San Pablo Autopan se puede escuchar como un machete roza contra el pavimento y un silbato marca el inicio de las representaciones por la Semana Santa. Es Judas Iscariote buscando a Jesús de Nazareth.
Con cadenas, una túnica color vino y una máscara, este año Luis personifica al que habrá de vender al nazareno por unas monedas. Para él, se trata de una representación que le permite afianzar su fe y ofrecer la fuerza de sus piernas para pedir perdón por sus pecados.
Con silbato, anuncia su paso por la localidad de San Pablo Pueblo Nuevo, así que grandes y chicos salen. Algunos le pegan para ahuyentar al mal de sus casas, otros se ríen y van detrás de él.
Es una tradición de hace muchos años que se realiza en pueblo y te puedes ofrecer para que no se pierda
La tradición de que Judas recorra las calles tiene más de 50 años y está a cargo de cada mayordomía. Se van turnando por lo que son seis personas las que se disfrazan del apóstol traidor, tres salen en la mañana y tres más a media tarde.
Se reparten las zonas así que tratan de que en todas las calles se sepa que Judas Iscariote está suelto. Se ponen una máscara para que los más pequeños le tengan miedo a la traición.
Fomento de fe y cohesión social
Apenas una cuadra arrastra el machete y toca el silbato, y los vecinos comienzan a salir. Los niños van detrás del Judas, se ríen, lo disfrutan.
“Son tradiciones que nos ayudan a vernos como vecinos. Los chiquillos están de vacaciones por la Semana Santa y les gusta salir, les divierte ver a Judas haciendo travesuras”.
Conforme pasa por casas y negocios, al apóstol traidor le regalan dulces y refresco, mismos que comparte con los vecinos que le siguen. Este año los recorridos comenzaron en Domingo de Ramos y culminarán antes de la representación de la Última Cena en el Jueves Santo.
Este 2024, Luis participa en la representación teatral por segundo año consecutivo. Con apenas 15 años, asegura que lo único que busca es preservar las costumbres de una comunidad que se considera católica y que lucha por mantener sus costumbres frente a la urbanización de la región norte de la capital mexiquense.