Ser gay o lesbiana es más difícil en Toluca

Desde hace un año Karina y Samantha decidieron casarse pero no lo han podido hacerlo porque tendrían que promover un amparo que tardaría varios meses

Violeta Huerta | El Sol de Toluca

  · jueves 30 de junio de 2022

Advirtieron a las y los legisladores que, al aprobar los matrimonios igualitarios, ayudarían a que la comunidad LGBT+ sea más aceptada Fotos: Fernanda García | El Sol de Toluca

Karina y Samantha llevan cuatro años juntas como pareja y en el camino han enfrentado y siguen padeciendo rechazo, resistencias, estigmas y discriminación por su preferencia sexual, principalmente en la capital mexiquense pues la sociedad, advierten, es muy cerrada y no solo no las acepta, además, las juzga.

Pese a los prejuicios han tenido un apoyo importante en sus familias y aunque no a todos se los han dicho abiertamente, es un secreto a voces que son pareja.

Sin embargo, no han podido casarse por la vía civil, pues el Estado de México es una de las cinco entidades del país donde aún no se permiten las uniones civiles entre personas del mismo sexo.

Ambas se conocieron por Tínder, se quedaron de ver en la Ciudad de México, se gustaron mucho y se empezaron a ver con más frecuencia en la capital del país y en Toluca, y al mes y medio se fueron a vivir juntas. Samantha dejó su casa, su trabajo y familia.

"Ya pasaron cuatro años de altas, bajas, sí tuvimos nuestros problemas como todas las parejas", refiere, al tiempo de precisar que después de vivir juntas le pidió a Karina ser su novia y tienen una relación donde ambas platican y pueden comunicarse, sin ser aprehensivas.

Aún cuando estuvieron a punto de separarse, permanecen juntas y resuelven todo a través de pláticas. Pese a que han pensado en tener hijos, por ahora se están disfrutando y no es un proyecto a corto plazo.

En una entrevista admiten que pese a toda la información, en los hechos, siguen las agresiones verbales y físicas y es más difícil ser lesbiana o gay en una sociedad tradicionalista como la de Toluca.

Matrimonio

Desde hace un año Karina Escobar y Samantha Monzón decidieron casarse pero no lo han podido hacer porque tendrían que promover un amparo que tardaría meses y contratar a un abogado.

En mayo de este año se enteraron que la reforma al Código Civil podría ser aprobada en la Legislatura local; por lo cual decidieron esperar para ver si se avalaba, pero hasta el momento no ha salido y no existe una instancia que las guíe; sin embargo, casarse es algo que quieren hacer.

"Es algo muy injusto, es algo que no tendría que pasar, estamos a 40 minutos de la Ciudad de México y parece un mundo diferente en muchísimas cosas", advierte Karina.

Samantha reprocha que para la sociedad es más condenable que dos mujeres se quieran casar, que los actos de corrupción.

El matrimonio, advierte Karina, es el sueño que ha tenido toda su vida. "Es el sueño que he tenido toda mi vida, para mí sí mi sueño es casarme de blanco, la fiesta, la pachanga, es algo que he querido", expresa y agrega que no quieren una boda religiosa, pero sí una ceremonia espiritual y la civil.

Eso, además, les permitiría viajar a Estados Unidos para seguir con sus planes de trabajar y construir su casa, pues Samantha tiene nacionalidad estadounidense e incluso, reprochan que después de la llegada del Arzobispo de Toluca pareciera que el tema se ha olvidado en el Congreso local.

Eso viene de toda la discriminación que existe en el Estado. La gente te discrimina muchísimo por el simple hecho de tu preferencia sexual cuando no tendría que ser. No le incumbe a nadie.

Ambas exigen tener los mismos derechos y advierten a las y los legisladores que aprobar los matrimonios igualitarios ayudaría a que la comunidad LGBT+ sea más aceptada.

Ante el anuncio de que las iniciativas para aprobar los matrimonios igualitarios podrían ser analizadas hasta el mes de septiembre de este año advirtieron que ellas también pagan impuestos y exigen que les respeten y reconozcan sus derechos.

El tema, aseguran, es político, sin valorar las necesidades de la comunidad LGBTTIQ.

Ser lesbiana en Toluca

Para ambas ha sido difícil ir contra la sociedad tradicionalista de Toluca, pues hay un fuerte rechazo de la gente. Ellas consideran que las personas toluqueñas son muy "cuadradas" y frías.

Inicialmente, cuando Samantha era más masculina la confundían con un hombre y no había tanto problema pero ahora que ha decidido abrazar su feminidad, explican, las cosas han cambiado, pues han visto mucho rechazo.

"Sí nos ven feo, muy feo como si se les fuera a pegar, como si fuéramos apestadas. Es bien raro y es tener que lidiar con eso porque es una carga social bien cañona y decir: pues yo qué tengo de malo", explica Karina.

Samantha añade que a la larga eso les afecta y hasta les quita las ganas de salir. "Es pesado, es cansado y no quieres salir porque todo mundo te está viendo. Se siente la mirada despectiva de ver a dos mujeres agarradas de la mano".

Ambas aseguran que eso lo viven más en Toluca, mientras en la ciudad de México, se sienten abrazadas por todo mundo, pero en la capital mexiquense solo salen a lugares gay para que nadie las juzgue.

"Es una cosa muy bonita saber que la comunidad te pueda aceptar y sería tan padre que en general la sociedad fuera así porque no estás apuntando contra nadie, contra terceras personas, estás siendo tú y ¿qué tiene de malo?, pero aquí en Toluca te sientes reprimida", afirma Karina.

Procesos familiares

Abrirse y dar a conocer a sus familias que son personas con preferencias sexuales distintas en algún momento fue complicado al menos para Karina.

Ella afirma que existe presión, pero también resalta que para mostrarse como son e ir contra todos los prejuicios y la discriminación una parte fundamental es el apoyo de su primer núcleo, es decir, que su familia las conozca y sepa quiénes son; hablar con ellas y enviar el mensaje de que ser lesbiana o gay no es algo malo. "Está bien ser tú, no estás cometiendo ningún delito".

Samantha explica que con su familia fue más fácil, pues viven en el Valle de México y le han dicho que sea feliz; por lo cual no tuvo problema, mientras Karina tiene el apoyo de sus hermanos, pero le falta decirle a algunos familiares.

Ella enfatiza que influye mucho que la familia acepte a quienes forman parte de la comunidad LGBT+ para que tengan mayor seguridad, se acepten y no se oculten.

Conocemos personas que su familia no los acepta y son personas que están rotas, es bien feo ver a quienes están en esa situación porque están mal, se deprimen.

A ellas no les tocó vivir eso, pues a Samantha la aceptaron y Karina no se oculta, pero no les ha dicho oficialmente que está con una mujer, aunque cree que todos lo saben, pues conviven con ambas y es un secreto a voces. El proceso, admite, es difícil, pero implica aceptación. "Es aceptarte y aceptar que vas a tener una vida totalmente diferente", explica.

También explican que de manera general hay familias en Toluca que no aceptan a las personas de la comunidad LGBT+, por lo cual casi se esconden para que no los vean; pues la sociedad toluqueña es muy tradicionalista y no se dan cuenta que afectan y reprimen a sus hijos, hijas, hermanas o hermanos.

Los más discriminados

Dentro de la comunidad LGBT+ admiten que las principales críticas son hacia las mujeres trans, pues han sido muy estigmatizadas pese a ser grandes personas y muy solidarias.

También consideran que los hombres gay son más discriminados que las mujeres, sobre todo cuando son afeminados, pues hasta en la comunidad LGBT+ a veces los ven mal.

Ellos la tienen más difícil que nosotras porque es más común que las amigas se tomen de la mano, pero si ves a dos hombres tomados de la mano, uy.

No obstante, advierten que el rechazo lo vive toda la comunidad, pues los siguen viendo como "raros" y falta mucho para que en Toluca se pueda considerar normal ver a parejas del mismo sexo.