Toluca, México.- “Ojalá tuviera un día para celebrar”, externa Antonio Oviedo, mientras pasa la brocha con tinta sobre el calzado y sentado en su vieja silla que conserva desde hace 37 años en los Portales de Toluca. Actualmente tiene 47 años, y cuenta que desde los 10 años se hizo en el oficio de lustrar calzado.
Es padre de cuatro hijos, a quienes les dio educación y sustento con bolear zapatos en los Portales de Toluca.
“Mi sueldo diario es de unos doscientos pesos, y a veces los clientes me dan una propina y con eso me ayudó, porque tengo dos chamacos que todavía van a la escuela”, relata Oviedo.
Una enfermedad sobre los tendones que comenzó a padecer desde niño, no le impidió dedicarse al oficio de asear calzado que le heredó su padre, y que ahora comparte con dos de sus hijos quienes al igual que él gustan por aprenderlo como una forma de ganarse la vida.
A diario, como desde hace 37 años lo ha hecho, "El Chimpa", como todos los boleros le conocen en el centro de Toluca, acude a los Portales para atender a sus clientes.
En punto de las 8:00 horas alista su silla, una de las 32 que se ubican en los portales, con su cajón y sus dos estampillas del Santo Niño, a quien le pide cada inicio de jornada buena fortuna.
"Este espacio me lo heredó mi padre desde hace años, a mis otros hermanos les dejó en otros lados pero no lo ejercen, rentas sus sillas, a mí es el único que me ha gustado y por eso le enseño a mis hijos para que sepan cómo ganarse la vida además de ir a la escuela", relata Oviedo, sentado sobre su banco desde donde lustra a diario su calzado.
El próximo 10 de julio en que celebra su cumpleaños, cumplirá 37 años de bolear en los portales, fecha que la lleva bien presente pues asegura que inició a los 10 años de edad, cuando también la artritis comenzó a desgastarle los tendones.
"Mi enfermedad lo comencé a padecer desde los 10 años, de ahí nunca me dejó, tome tratamientos médicos y siempre he tomado medicina para poder caminar, incluso una pierna me quedó mala para toda la vida y tengo que usar un bastón", recordó el bolero.
Pese a su discapacidad, Antonio es quien mantiene su hogar, su trabajo como padre, dice, lo ha hecho bien.
“Pues creo que he sido buen padre, alguno de mis hijos seguirá el oficio, porque este trabajo lo amo como a mi familia”, comparte el aseador toluqueño.
En el Estado de México, pese a que es más alto el número de mujeres que son jefas de familia o madres solteras, también hay un porcentaje considerable de hombres que sostienen hogares.