Chuchín anda a diario en cuatro pequeñas ruedas con las que aprendió a caminar pese a haber nacido sin piernas.
Se mueve a diario, juega, incluso se baña y ayuda a su familia en las labores del hogar deslizándose sobre su patineta. Su discapacidad nunca ha sido un muestra para vivir infeliz y no sonreír.
“Tengo como quince patinetas, unas descompuestas pero yo mismo las arreglo, es fácil usarlas”, explica el niño de 14 años, quien aparenta menor edad por su deformación de nacimiento.
Sentado sobre su patineta cada viernes se le mira en la esquina de Miguel Hidalgo y Juan Aldama en el centro de Toluca, o recorrer con su bote, siempre por delante, los pisos de Los Portales.
Pide monedas para ayudarse en sus gastos de ropa y terapias, y no tener que depender de sus padres.
Oriundo de San Francisco Tepexoxuca, en Tenango del Valle, cuenta que la pobreza no le permitió acudir a una escuela especial, ni recibir terapias para su discapacidad. Pero aunque ha tenido una infancia de carencias, se dice feliz al poder andar a donde quiera con su patineta.
“Es fácil andar con la patineta, la primera que tuve era de plástico, ya luego me pudieron comprar una de madera”, comenta Jesús.
Mientras su padre, un hombre de la tercera edad, ofrece acelgas, rábanos y otras legumbres que siembran en su pequeño terreno, Chuchín cobra a los clientes o la hace de gritón para acercar a los compradores.
La jornada obliga a que salgan de San Francisco en punto de las 6:00 horas para estar a tiempo en Toluca. El día de venta se alarga hasta que cae la tarde.
Por la desfortuna, nunca aprendió a leer ni escribir, por lo que sus patinetas son su mejor pasatiempo y empeño en la vida.
Según relató Jesús Hernández Neri, como es su nombre completo, es integrante de una familia de comerciantes, como tantas otras que llegan a vender a Toluca. Su padre y él, cada viernes una vez que lograron la cosecha de la semana, salen de su comunidad para ganarse la vida.
“En la semana nos vamos al campo para cortar la verdura, tengo un burro chaparrito al que me subo”, relata Chuchín.
En los Portales se ha hecho de amigos a los aseadores de calzado, boleteros de lotería y los comerciantes que se instalan a lo largo de los pasillos, de a ratos se desliza con uno y otro y nunca falta quien le ofrece un refresco o un taco.
De aquí y por allá, Chuchín llama la atención de los paseantes, sentado sobre su vieja patineta que empuja con ambas manos, las que también tiene con cayos y embarradas de grasa.
El INEGI detalla que en la entidad existen entre 50 y 60 organizaciones de la sociedad civil que ayudan al sector de discapacitados.
También desglosa que en los tipos de discapacidad, 268 mil 128 personas tiene dificultades para caminar, 162 mil 243 son débiles visuales, 57 mil 792 tiene problemas de audición, y 45 mil 855 padecen discapacidad para hablar.
Para tomar en cuenta:
14 años tiene Jesús
Unas 15 patinetas conserva
Frase
Es fácil andar con la patineta, la primera que tuve era de plástico, ya luego me pudieron comprar una de madera”.Chuchín, menor con discapacidad.