Tenancingo, México.- Entre el bullicio de comerciantes que corren y se abren paso con gritos entre los corrillos que inundan gruesas y racimos de flores del mercado de flores "Xochiquetzal" por las mañanas apenas las manecillas del reloj marcan las 8:00 horas, aparece sobre la calle Juárez con un carrito de mandado que hace las veces de negocio rodante, la multitud y comerciantes la identifican como la señora de los tamales, como es ya conocida popularmente entre su clientela, principalmente comerciantes y visitantes.
Lucía, de estatura bajita, tez morena, con manos ásperas, huellas de la lucha diaria del campo para poder sobrevivir, enfundada en una chamarra de mezclilla y con mandil de sureña hogareña, apenas comienza la mañana que ya avanza y ella, apresurada arriba al zoco, las dos manos no son suficientes para deleitar y preparar el tradicional tamal de harina con una esencia de mole rojo, sus manos como con arte de magia en rápidos movimientos prepara, sirve, con sonrisa que contagia deleita con el sazón que distingue a la joya de pueblos y ciudades, un joven llega apresurado, "doña deme dos, todavía alcanzo", dice con semblante de sorpresa, al tiempo que cuenta doce pesos el precio del tradicional manjar, "si ya me quedan poquitos, gracias a dios ya acabe", sigilosa levanta la mirada, precavida ve, mira a su alrededor, respira aliviada, expresa, es que luego no me dejan vender, me dicen que aquí no puedo, pero ya termine, ya me voy.
Oriunda del municipio de Zumpahuacán, dice que su día comienza apenas con el primer canto del gallo, "allá no usamos despertadores, los gallos nos despiertan, bueno ya nos acostumbramos", hace una pausa, y le brotan las palabras con aceptación, "allá no hay trabajo, no hay nada por eso me vengo hacerle la lucha aquí, convencida que gracias a este mercado y gracias a dios no le falta el pan y los frijoles a sus hijos".
Extiende una servilleta a los comensales, quienes con mirada de aprobación y degustando el tamal dan las gracias, apresurada camina con pasos firmes se pierde entre los ríos y el bullicio del corazón de la economía del municipio de Tenancingo y la región sur, lista para continuar plasmando su esencia gastronómica entre el paladar de los cientos de floricultores, que le consumen su producto, el cual, al día siguiente será esperada para llenar los exigentes paladares.