Toluca, México.- El avance de la tecnología no sólo ha contribuido en el quehacer educativo de los niños y adolescentes en su día a día, sino además se ha convertido en una herramienta de entretenimiento que ha alejado a los menores de edad, principalmente en su infancia, de los juegos tradicionales como lo son las canicas, los cochecitos, las muñecas, entre otros, y de la convivencia con otros niños y sus mismos familiares.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2018 existían 38.3 millones de niños, niñas y adolescentes, es decir, un 30.1 de la población total, de los cuales, 11.4 millones tenía de cero a 5 años de edad; 13.2 millones tenía de 6 a 11 años y 13.7 millones eran adolescentes de entre 12 y 17 años de edad.
Por su parte la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) en su edición de 2018, reveló que en México hay 74.3 millones de usuarios de Internet, de los cuales un 10.1% corresponde a niños de seis a once años de edad -5.1% niños y 5%niñas-.
Padres deben controlar uso de tecnología a sus hijos
De acuerdo con una madre de familia del poblado de San Lorenzo Coacalco, en el municipio de Metepec, identificada como Elba Patricia, el hecho de que su hijo Cristofer, de siete años de edad, tenga fácil acceso a la tecnología en comparación con ella en su infancia, tiene sus ventajas tales como la capacidad que tiene para acceder a información relacionada con su grado educativo, sin embargo también puede ser un distractor que lo impulsa a permanecer casi inmóvil en el sofá de su casa y sin convivir con otros niños.
Casi siempre debí está pendiente del tiempo que pasa con el teléfono porque sí le gusta jugar con él, cuando se lo quito -el dispositivo móvil- mejor lo mando a jugar al patio para que esté activo y de paso haga algo de ejercicio porque sí está mal que quiera estar todo el día en el teléfono
A la par, su hermanita Miranda, también de siete años de edad, presenta el mismo gusto por el uso del teléfono celular con fines de entretenimiento, sin embargo también le deben condicionar el tiempo de uso a fin de prevenir genere una adicción a artefactos eléctricos a su corta edad.
La escuela como espacio recreativo
De acuerdo con Elba Patricia, las horas que su hijo y su hermana pasan en la escuela son de mucha utilidad cuando se habla de apartarlos del uso desmedido de la tecnología, pues al tener un espacio de recreo se ven obligados a jugar y socializar con otros niños.
Por su parte, el pequeño Cristofer coincidió en que la escuela es un espacio en el que convive con otros niños de su edad, juegan a la pelota y se mantiene alejado del uso del teléfono celular.
La seguridad no es la misma
Pese a que varias generaciones de adultos recuerdan que su infancia la pasaron jugando con vecinos y amigos en la calle, hoy día las condiciones de seguridad impiden que los niños salgan libremente a jugar en la vía pública, pues de hacerlo se exponen a ser víctimas de un delito.
"Hoy no es como antes que podíamos estar jugando solos en la calle, ahora con tanta cosa que se ve hay que estar a las vivas por los robos, y más que hay muchos niños robados, ya no podemos dejar salir a los chamacos a jugar solos con tranquilidad, siempre debe haber alguien que esté con ellos para estarlos vigilando”, explicó la joven madre de familia.
Psicología infantil
De acuerdo con información de la Universidad Internacional de Valencia, existen diversos problemas principales que enfrenta la psicología infantil, tales como la edad óptima para que un niño haga uso de la tecnología, la atención del bullying cibernético y el desequilibrio en la estimulación de diferentes sistemas.
Trascendió que la edad en la que los padres de familia pueden autorizar el uso de la tecnología a sus hijos, depende en gran medida de las circunstancias y consideraciones a tomar en cuenta, por ejemplo el tiempo en que un pequeño puede utilizar un teléfono móvil.
En el caso del bullying, hoy en día los psicólogos infantiles han registrado un repunte en el número de sus consultas a causa de este fenómeno que al tratarse de un caso virtual se ha vuelto menos controlable que en el caso de bullying dentro y fuera del aula.
Por otro lado se ha comprobado que el uso de artefactos tecnológicos por parte de menores de edad, es una de las principales causas de insomnio infantil, la falta de interacción con otros niños, retraimiento, baja autoestima -en el caso de las víctimas de bullying- y lento aprendizaje en el caso de niños adictos a los videojuegos.
Según especialistas el uso desmedido de teléfonos, tabletas electrónicas y videojuegos, por parte de niños de entre cinco y doce años de edad, provoca que generen problemas para socializar con otros niños de su edad, pues la realidad virtual los aleja en gran parte de la realidad física.
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