A los Robles no les pueden decir que no adornan la Navidad y que sus piñatas se han ido hasta la frontera cada año. Es un arte que les lleva ocho meses de anticipación. Por eso es que en su casa, quizás, las posadas comienzan con esa anticipación.
“Casi cuando comienza el año, nosotros también regresamos al taller”, explicó Ángel Núñez, quien se encarga de hacer los moldes.
En un taller que ocupa las habitaciones de su casa, la familia Robles produce desde hace más de 35 años piñatas tradicionales, que comercian cada fin de año.
La producción es artesanal, se usa engrudo, alambre, periódico y papel china, crepé y metálico que comienzan a cortar desde el mes de mayo. Los Núñez Robles presumen que llegan a crear hasta mil 200 piñatas cada año.
Pero este año los insumos tuvieron una elevación en sus costos, lo que obligó a los Robles a eficientar su producción.
“El papel subió de costo, ya no hay tanto periódico y hemos tenido que reciclar la materia prima”, explicó Ana Robles, quien encabeza la producción de las piñatas.
Sin embargo, el taller de los Robles no baja su calidad y no modifican sus fechas de inicio en la producción.
"Este es un pequeño taller familiar, aquí trabajamos por lo menos unos nueve meses para surtir a nuestros clientes", comentó Ana Robles.
Junto con sus cinco hijas, conforman el taller artesanal de las piñatas, lo cual es su sustento económico desde hace años.
"Todas mis hijas saben hacer las piñatas, cada quien tiene su tarea y su trabajo, a mi me toca hacer los moldes con el papel y el engrudo", comentó Ángel Núñez, esposo de Anabel.
Los turnos laborales en la casa de esta familia de artesanos son largos, se comienza desde las 7:00 de la mañana y se termina hasta la noche, sólo hay espacio para comer y estirarse un poco.
Anabel explicó que sus diseños son originales, su labor se empeña sobre todo en las piñatas en forma de estrella, las de cinco y siete picos.
"Este tipo de piñatas son las que más hacemos, aunque vamos a ampliar a otros modelos como las figuras", mencionó la artesana.
Tres meses antes de diciembre, los artesanos comienzan con el armado de los moldes y la colocación de los picos.
Y dos meses antes, se inicia con la decoración de las piñatas, una vez que ya se han cortado las miles de tiras de papel china, que es el elemento esencial para darle vida a sus productos.
"Todo el papel se corta con tijera, es una labor pesada porque sin miles de tiras, de eso se encargan mis hijas".
El equipo de trabajo de la familia Núñez Robles lo conforman Anabel y su esposo Ángel, así como sus hijas Amisaday, belsysudey, Joseline, Ángela y Cinthia, todas expertas en la producción de piñatas.