Mil 162 personas de la tercera edad recibieron la primera dosis de la vacuna contra el virus SARS–CoV-2 en Villa de Allende, Estado de México.
Además de la dosis médica para prevenir posibles contagios, recibieron unos mililitros de fe, luego de que el Covid-19 los tuviera atemorizados.
Así lo confesó doña Albertina García Díaz, habitante de este municipio del poniente de la entidad mexiquense, quien a sus 67 años reconoció que el Covid-19 es una enfermedad que le da miedo.
Preocupada por las enfermedades crónicas que presenta como la diabetes y la hipertensión, tuvo la motivación suficiente para acudir a recibir la vacuna en los módulos que se instalaron en su municipio.
“Es una enfermedad muy contagiosa y que requiere de muchos cuidados, de mi parte, yo no salí nunca, no salí a la ciudad o algún otro lugar por el miedo, porque yo sí tenía miedo y yo lo que quería era vacunarme, y que ya llegará la vacuna porque también padezco diabetes y presión alta”, relató.
Misma situación motivó al señor Anastasio Campos Vilchis, pues a pesar de no tener contagios cercanos dentro de su núcleo familiar, se enteró de vecinos de otras comunidades que habían sido infectados por este virus.
“Esta enfermedad sí es peligrosa, nosotros hemos visto, por ahí, a gente que no es de aquí de nuestra comunidad, pero sí hemos visto en otro lado más lejecitos que sí les ha pegado y han fallecido”.
El señor de 69 años confesó que, en un principio, acudió temeroso a vacunarse con la intención de protegerse, pero a dos días de haberse colocado la primera dosis, no ha presentado ninguna reacción negativa.
“Sí es importante vacunarse contra esta enfermedad, pero hay gente que no quiere vacunarse que por que no es cierto, pero yo le diría a la gente que se vacunen, es peligroso, nosotros supuestamente ya nos la pusimos, ya tenemos dos días y no tuvimos nada de peligro”.
Y es que los rumores sobre el Covid-19 fueron un mal social que atacaron constantemente a Villa de Allende, durante distintos momentos de lo que se lleva de pandemia.
En mayo del 2020, en algunas comunidades de este municipio, como San Felipe – Santiago o Loma de Juárez, el supuesto esparcimiento del Covid-19 en el agua de los pozos que distribuyen este líquido para su consumo humano provocó la histeria de la gente.
Al grado de vigilar, día y noche, dichos cuerpos de almacenamiento de agua para evitar que alguna autoridad gubernamental colocara el virus.
Sin embargo, esta información fue desmentida por las autoridades municipales, asegurando que este fenómeno, el cual se repitió en distintos municipios del Estado de México, tenía la intención de alarmar a la población.
Este rumor también atentó contra la vacunación, pues la desinformación que circulaba entre las calles de los barrios de Villa de Allende buscaban que menos personas de la tercera edad se vacunen.
“Muchas personas me platicaban que ellos no se van a vacunar que por que les da miedo, que les han dicho que causa muchas reacciones muy malas, que algunos se quedan sin movimientos. He escuchado a una que otra persona así de: yo no me vacuno porque no creo que exista esa enfermedad”, relató doña Albertina.
Sin embargo, estos rumores no pudieron contra la voluntad de mil 162 adultos mayores, quienes responsables de su salud acudieron a vacunarse.
En gran medida, esta decisión también se dio por la motivación familiar que recibieron ambas personas entrevistadas, pues reconocieron que en la familia había preocupación al respecto.
“Toda la familia estaba preocupada porque nosotros tuviéramos esa vacuna pronto, porque aquí cerca de donde vivimos, en un pueblo, muchísima gente estaba muriendo, cada tercer día una persona, y eso nos daba mucho miedo”, enfatizó doña Albertina.
“Tanto mis hijos como mis nueras nos dijeron que nos vacunáramos, de algo nos había de proteger”, dijo el señor Anastasio.
Es así como en dos semanas tendrán que regresar a los módulos de vacunación a colocarse la segunda dosis de esta vacuna contra el Covid-19, por lo pronto, tendrán que seguir implementando los cuidados diarios dentro de su cotidianidad.