Testimonio: mujeres migrantes enfrentan menstruación y violencia sexual

Además de la larga travesía, se enfrentan a la falta de privacidad y de insumos íntimos, factores que aumentan su vulnerabilidad

Ximena García/El Sol de Toluca

  · lunes 9 de septiembre de 2024

Son innumerables los casos de mujeres que como Ileana se ven en la necesidad de abandonar sus hogares para buscar mejores oportunidades. Foto: Ximena García / El Sol de Toluca

Decidir dejar atrás su entorno y cultura, no fue fácil. Para Ileana pasaron meses en lo que tomaba la decisión de partir de manera ilegal, abandonar la isla en la que creció y perseguir el sueño americano. Pero en la travesía vivió miedo al abuso sexual y sus ciclos menstruales.

Ileana es cubana, la calidez se nota en sus palabras, no así en sus gestos. “Migrar es duro para las mujeres”, reconoció: "más duro que para los hombres".

Para salir de Cuba tuvo que pagarle a una célula del crimen organizado, por lo que estuvo alerta, no quería exponerse a una violación, aunque sí conoció a una víctima.

... a ella la violaron, la golpearon y quedó embarazada. Es común en el camino porque vas con muchos hombres, a veces te toca la suerte de que te cuiden, otras no, ahí tú te cuidas.

Ileana

Refugiada en el Albergue para Migrantes de Armando Vilchis, ubicado en la colonia Pilares de Metepec, Ileana lamentó que la migración es un sendero para quienes ya no tienen opciones en su país, pero hacerlo de manera ilegal ha sido para ella, lo más duro que ha tenido que hacer.

Por si fuera poco, hay quienes tardan entre uno y dos meses para llegar a sus destinos, la mayoría en Estados Unidos, por lo que a la ilegalidad, las mujeres suman la falta de higiene menstrual y la incomodidad.

Tuvimos que tomar una lancha por 10 horas y una chica venía en su ciclo, se estaba manchando, pero no tenía cómo cambiarse, eran muchos hombres, era una lancha, no hay privacidad y a mí me dio miedo por los tiburones

Aunque no solo es la incomodidad del flujo, los cólicos menstruales también se presentan y las mujeres migrantes no pueden detenerse en el camino a descansar. Caminan con los calambres en el vientre, en las piernas y a veces con dolor de cabeza.

No se detienen, veníamos con una chica que se iba desmayando por el ciclo, íbamos caminando cuesta arriba y ellos (los hombres) no se detienen a ayudarte, la tuvimos que cargar nosotras, ayudarle.

Con los recursos limitados, pues el poco dinero que llevan lo utilizan para comida y agua, las mujeres buscan salir de su país con insumos menstruales y si son insuficientes, emplean prendas gruesas como toalla sanitaria para evitar manchas de sangre que delaten que están atravesando la menstruación.

A veces no tienes ni para comer, menos para comprar toallas o tampones.

Debido a los riesgos que enfrentan por su condición de mujeres, para Ileana y las otras migrantes, la travesía está llena de obstáculos y riesgos mortales que solo logran superar cuando reciben apoyo de otros.