El pueblo está cansado de extorsiones del crimen organizado: Monseñor Felipe Arizmendi

Explicó que lo sucedido en Texcapilla no sólo es una muestra de que el pueblo está cansado de tener que pagar una cuota a los grupos armados sino que también es un síntoma de que se sienten abandonados por el gobierno

Rodrigo Miranda | El Sol de Toluca

  · miércoles 13 de diciembre de 2023

Foto: Vía | Rodrigo Miranda

El brote de violencia ocurrido el fin de semana en el sur del Estado de México es un indicativo de que el pueblo está cansado de pagar cuota a los grupos armados, señaló el cardenal y obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmedi Esquivel, quien pidió al gobierno estatal y federal encontrar la fórmula para evitar la extorsión.

Explicó que lo sucedido en la comunidad de Texcapilla no sólo es una muestra de que el pueblo está cansado de tener que pagar una cuota a los grupos armados sino que también es un síntoma de que se sienten abandonados por el gobierno.

La autoridad eclesiástica aseguró que el tema de la violencia en esta zona ya es recurrente y constantemente se ha tocado con el gobierno federal y estatal, quienes en repetidas ocasiones han prometido que van a hacer algo por evitar la extorsión.

Recalcó que aunque los gobiernos mandan rondines de policías estatales, Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, cuando el convoy pasa por los pueblos todo es tranquilidad pero apenas éstos se van aparecen los grupos criminales que se vuelven los dueños de vidas y de bienes.

“Ojalá que lo ocurrido en Texcapilla nos haga reflexionar a todos incluyendo también al gobierno, y que esto no se quede en opiniones fuera de la realidad”, aseveró el cardenal oriundo de Coatepec Harinas quien también fue víctima de un ataque en junio del 2020 cuando viajaba rumbo a Chiltepec, su lugar de origen.

Monseñor Arizmendi Esquivel afirmó que el gobierno culpa de estos brotes de violencia al consumo y trasiego de drogas pero aclaró que no eso sino el dinero el que mueve a esos grupos criminales, aclaró.

Además, manifestó que el gobierno piensa que con los apoyos sociales que dan a los ancianos y a los pobres es suficiente, pero no es así debido a que el pueblo necesita más seguridad pero sobre todo que el gobierno encuentre la forma de evitar las extorsiones.

Las extorsiones están a la orden del día en todas partes, sobre todo en las localidades pequeñas, donde son ellos los que mandan.

El obispo emérito de San Cristóbal de las Casas hizo un llamado a las autoridades estatales y federales para que no dejen solo al pueblo indefenso pues muchos están a merced de estos grupos delictivos que operan en la zona sur del Estado de México.

Es de resaltar que el Cardenal ha denunciado en constantes ocasiones como la violencia se ha extendido en esta zona de la entidad e incluso ha señalado que el dinero ha “carcomido” al hombre y por lo mismo se ha convertido en el combustible de la violencia y el mismo narcotráfico, pues para quienes se dedican a esta ilícita labor lo más importante es el poder y el dinero.

Pese a ello, consideró que por fortuna todavía hay comunidades pobres que si bien viven con sencillez y austeridad, viven con Dios, sin ambiciones de poder y dinero.

Trayectoria

Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel se ordenó sacerdote en la anterior diócesis de Toluca y su trabajo pastoral en esta provincia eclesiástica finalizó hasta su nombramiento episcopal. En febrero de 1991 el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Tapachula y posteriormente en marzo del año 2020 fue nombrado obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

En mayo del año 2015 presentó su renuncia al Papa Francisco, misma que fue aceptada en noviembre del año 2017, y desde ese año, trasladó su residencia a la Arquidiócesis de Toluca. El pasado mes de octubre del año 2020 lo nombraron Cardenal.

Actualmente como obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, se dedica a dar asesoría espiritual a la comunidad católica, de forma gratuita y lleva sirviendo como sacerdote 55 años, de los cuales 27 fueron como obispo de Chiapas. Su servicio ha estado dirigido a comunidades campesinas, indígenas, mineras y urbanas.