Otzolotepec, México.- Aurora extiende un boncho de recetas sobre la cama donde su esposo Juan Carlos permanece recostado sin poderse mover. Así ha sido su realidad desde el día en que sufrieron un accidente provocado por un camión de la línea Crucero en Otzolotepec. Ella cuida de él día y noche a la espera de una indemnización.
“Así como ve, así estamos a diario por culpa de ese accidente”, reprocha Aurora Luciano Estrada.
El pasado 28 de abril, Aurora y su esposo Juan Carlos, tomaron un taxi colectivo en Otzolotepec para salir a comprar un regalo de cumpleaños a su hijo mayor, pero minutos después de abordar el taxi colectivo en el que viajaban, un camión de la línea Crucero los arrolló y dejó a Juan Carlos con una lesión en el cerebro que lo tiene sin poderse mover.
“Nos destruyó la vida ese accidente, ahora dicen que nos han indemnizado, yo quiero que vengan a ver a mi esposo para que me lo digan de frente”, recrimina mientras toma de la mano a su esposo.
“Nos dicen que quedó con el cerebro inflamado y necesita que se le pase para ver si se puede componer”, explica la joven sobre los pocos diagnósticos que le han dado los médicos.
La pareja padece el viacrucis de los litigios que obliga el pelear una indemnización al transporte público mexiquense, el cual puede demorar años. Llevan un mes y 24 días en esa lucha y no se mira una fecha clara para recibir respuesta.
“Ese día íbamos a comprarle un regalo a mi hijo mayor, era todo normal, yo iba adelante en el taxi y mi esposo en el asiento de atrás, sólo recuerdo que miré al camión venir y dije: ¡se va a voltear! pero luego sentí que nos chocó”, recuerda las escenas.
Fue la única pasajera que resultó menos lesionada y no perdió el conocimiento durante el choque.
Su esposo duró más de 20 días hospitalizado y en coma, una vez que despertó los médicos del seguro social le notificaron de la lesión cerebral. Fue entonces que comenzó su “infierno” para salvarle la vida.
“Comenzamos con los gastos, yo no tenía cabeza para otra cosa, porque lo operaron para meterle las sondas”, hila en sus relatos Aurora.
Desde el primer día en que internaron a Juan Carlos, hubo ausencia de la línea Crucero para hacerse responsable de los gastos.
Unos 15 días después, Aurora, junto con otros familiares de víctimas, se sumaron a un manifestación en la avenida del Canal, donde ocurrió el accidente, para exigir el pago de gastos de hospital y las indemnizaciones a la empresa. La protesta salió de control y se quemaron dos unidades de Crucero y obligaron a que se firmara ese día un minuta de acuerdo con la empresa.
Sin embargo, a casi dos meses del accidente, las familias siguen sin el apoyo, aclara Aurora.
“Nos entregaron noventa mil pesos para gastos de hospital pero ni nos alcanzaron, seguimos igual porque hay que comprarle pañales, medicinas, yo me quedé sin trabajo y mi esposo igual y no hay quién vea por mis hijos”, reprocha nuevamente la joven.
Sobre la cama extiende un recibo que desglosa un gasto de 12 mil pesos, otros más de 3 mil y mil pesos. Los guarda como pruebas, porque el litigio contra la empresa aún ni empieza.
“He ido varias veces al Ministerio Público, pero me dicen que el peritaje va a tardar más tiempo, ni siquiera lo han empezado, el chofer anda suelto porque no lo han llamado a declarar”, explica.
Por momentos se detiene para tomar de las manos a su esposo, que no deja de retorcerse.
Sobre la pared pegó la estampilla de un San Judas, también colgó un par de rosarios. Cualquier ayuda es buena, dice.
“Yo no sé de leyes, pero sí sé que si te notifican dos o tres veces y no vas, pues mandan a traerte para que declares, y al chofer nada de eso”, argumenta.
Permanece al lado de Juan Carlos, a quien alimenta con una sonda, también en la tráquea por lo menos tres veces al día le aspira para evitar que se ahogue.
“A veces lloro y no duermo porque se pone muy mal mi esposo, y eso no lo ven las autoridades”, cuestiona Aurora.
Sabe que su viacrucis va a continuar. No hay más, ahora sabe que los procesos judiciales en el estado son engorrosos y sin balancearse en favor de las víctimas. Incluso está consciente que quizás no puedan ganarle a Crucero.
“Dios mío, parece que se puede matar a quien uno quiera y no pasa nada”, sentencia la mujer.
- Para tomar en cuenta:
1 mes y 24 días han transcurrido desde el accidente
5 pasajeros resultaron lesionados
90 mil pesos pagó la línea
Hasta 12 mil pesos gastan en recetas
2 operaciones le realizaron a Juan Carlos
FRASE
Nos destruyó la vida ese accidente, ahora dicen que nos han indemnizado, yo quiero que vengan a ver a mi esposo para que me lo digan de frente.
Aurora Luciano Estrada, víctima de accidente en transporte público.