Las autoridades de Tenancingo anunciaron el regreso de las festividades en honor a la Virgen del Carmen en su templo, tras permanecer cerrado a la feligresía por casi cinco años.
El inicio de las festividades será el próximo 1 de Julio al mes de Agosto, donde habrá misas y otras actividades religiosas en el templo. Además se instalarán puestos y antojitos en la calzada del convento.
Cabe señalar que en el año 2018 las festividades y actividades religiosas en honor a la Virgen se realizaron en un campo, al permanecer el templo cerrado por los daños que sufrió por el sismo de Septiembre del año 2017, siendo reabierto al siguiente año, y posteriormente por pandemia de Covid-19 permaneció cerrado del 2019 al 2022.
Durante todo el mes de Julio, miles de creyentes visitan el parque del Santo Desierto del Carmen, donde es venerada la imagen de la virgen, la cual se encuentra en su altar al interior del convento que data del siglo XVIII, ubicado a solo 15 minutos de la cabecera municipal de este municipio.
Las festividades dan comienzo desde el día primero de Julio y concluyen el nueve de agosto, con misas durante todo el mes, en este periodo miles de creyentes y visitantes acuden al lugar en peregrinaciones de comerciantes y organizaciones civiles las cuales trasladan la venerada imagen en hombros o en vehículos llamativamente adornados acompañados de música de banda de viento.
El convento donde se encuentra la imagen de la Virgen fue construido por la orden de los carmelitas descalzos en el siglo VXIII, al interior también se encuentra el cristo de las siete suertes de tamaño natural y tallado en madera, así como la cámara de los secretos que es una estancia con bóveda de cañón con efectos acústicos, el lugar fue llamado desierto por ser un lugar de retiro.
Según la historia se dice que los carmelitas después de habitar por casi dos siglos en el desierto de Cuajimalpa, se cansaron del sitio y decidieron trasladarse a otro lugar más alejado, construyendo un edificio nuevo.
Al arribar al lugar los visitantes se encuentran con un inmenso valle y el bosque verde rodeado de árboles de oyameles, y a lo largo de la calzada que dirige al convento decenas de puestos semifijos ofrecen gran variedad de dulces típicos de la región y artesanías.
Asimismo, disfrutan de la variedad gastronómica como las tradicionales gorditas y quesadillas realizadas de hongos que los lugareños recolectan en el mismo monte, donde son cocinadas en tecuiles con leña y en comales de barro, contrastando el hedor de la cocción con el olor de la tierra mojada del monte, sin faltar el deleite del néctar de los dioses el tradicional “pulque”.
*Con información de Miguel Bernal