A poco más de tres meses del sismo que provocó daños a un sinnúmero de escuelas en la entidad mexiquense, alumnos de la primaria Carlos Hank González, ubicada en la comunidad de El Sauz de San Lucas, todavía siguen tomando clases en una casa prestada con paredes de adobe y a la intemperie, debajo de árboles.
Y es que poco faltó para que la escuela fuera derribada por el temblor acaecido el mes de septiembre del año pasado, toda vez que las bardas se cuartearon y algunas lozas se recorrieron, lo que provocó que autoridades, derivado de un dictamen profesional, decidieran que el inmueble debería ser derribado.
Ante ello, autoridades del plantel educativo se vieron obligadas a solicitar a unos vecinos de la comunidad un pequeño cuarto con paredes de adobe para convertirlo en un salón de clases, y otros grupos tuvieron que ser acomodados a la intemperie.
Pese a que los primeros meses fueron soportables, las bajas temperaturas registradas por las mañanas y posteriormente el calor intenso del mediodía han provocado que tanto el alumnado como el personal docente pidan la atención de las autoridades correspondientes para la instalación de aulas móviles.
De hecho, los profesores tienen que improvisar sus enseñanzas sin la utilización de materiales básicos como son un pizarrón u otros apoyos didácticos, y es que prácticamente brindan clases a la intemperie y debajo de la sombra de un árbol.
Autoridades del plantel señalaron que ya hicieron las peticiones correspondientes para que les instalen aulas móviles y posteriormente tratar de ubicar un nuevo terreno para la construcción de una nueva escuela, ya que el inmueble referido será demolido.
