Peligroso e intransitable podrían ser las palabras que describen el bajo puente que se ubica sobre la carretera Toluca-Naucalpan a la altura del Libramiento-Bicentenario, en el entronque con la caseta de Xonacatlán.
Justo este puente es utilizado por automovilistas que vienen de los municipios como Otzolotepec, Xonacatlán y Zolotepec como un retorno para tomar esta autopista que llega a Lerma y entronca con la México-Toluca, y también por quienes vienen de la capital mexiquense con dirección a Xonacatlán y desean regresar hacia la carretera.
Sin embargo durante la temporada de lluvias se vuelve inservible ya que el agua cubre este tramo y tratar de pasar es una hazaña para los conductores, que pone en riesgo el vehículo, su vida y la de sus acompañantes, pues es muy probable que terminen estancados sin poder salir.
Las aguas negras y turbias que vienen del Río Lerma son las que se terminan estancando en el túnel de retorno, que llega a cubrir casi por completo las llantas de la unidades que se atreven a cruzarlo.
Este bajo puente también se utiliza para retornar con dirección a Toluca pero al final se ha convertido en un paso para maquinaria pesada que son los únicos vehículos capaces de pasar sin temor a terminar estancados o con el agua dentro de la unidad.
Este encharcamiento también ocasiona retrasos y accidentes, pues los automovilistas tienen que recorrer varios kilómetros más sobre la carretera Toluca-Naucalpan para poder retornar y es que además del tiempo extra en su trayecto, este camino se encuentra lleno de baches los que se vuelve una amenaza para los vehículos de los ciudadanos.
El túnel ha dejado de ser un camino y se han convertido en un refugio para los perros que viven en situación de calle, quienes buscan un espacio para atajarse de las inclemencias del clima e impedir terminar empapados.
La situación se replica año con año durante los meses que las precipitaciones se presentan sobre el cielo del Valle de Toluca y es que en este túnel el agua no tiene una salida por lo que termina estancándose por meses, sin que en el lugar las autoridades realicen un trabajo de desazolve.