El duelo es el proceso que cada ser humano experimenta de diferentes formas e intensidades que varían según la edad, el sexo, el vínculo afectivo, la fortaleza emocional y espiritual y hasta la cultura a la que pertenecemos, explica el Tanatólogo Oscar Rivas.
El especialista de la clínica de psicología de la Universidad de Anáhuac detalla que el duelo es un proceso psicológico al que nos enfrentamos tras la pérdida de un familiar muy querido. “Cuando hablamos del duelo generalmente se nos viene a la mente la muerte".
Señala que las pérdidas pueden ser diversas, desde la ruptura de una relación de pareja, cambiarse de un lugar a otro, finalizar un trabajo o una situación económica mala e incluso una enfermedad grave.
Los síntomas o signos que se presentan en los primeros meses tras la pérdida son: tristeza, llanto fácil, dolor, pensamientos constantes sobre la persona fallecida, dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas, alteraciones del sueño y del apetito.
¿Cuánto dura?
El Tanatologo señaló que debe pasar un mínimo de 12 meses para finalizar un duelo y en niños y adolescentes ese tiempo se reduce a 6 meses.
“Sin embargo también es importante tener en cuenta si existen síntomas asociados, como sentimientos de culpa o alucinaciones, lo que se calificaría como de gravedad.”.
En estos casos, dijo que debe de ser un especialista en psiquiatría quien determine si es necesario más de 12 meses para hablar de la existencia de un duelo prolongado.
Otro aspecto a tener en cuenta es el contexto sociocultural del paciente, ya que existen diferentes ámbitos en donde la norma establece un tiempo de duelo con una duración mayor.
“El duelo es parte de la vida, desde que nacemos nos enfrentamos a numerosas pérdidas, pero no tenemos por qué pasarlo solos, podemos buscar el acompañamiento de un profesional que nos ayude a transitar de la mejor manera posible por estas etapas”, consideró el especialista Oscar Rivas.
Pérdidas durante el confinamiento
Refiere que el impacto de la pandemia por Covid-19 también ha sido psicológico, sobre todo en aquellos que perdieron familias enteras por el virus y que no pudieron despedirlos durante los servicios religiosos.
“Tampoco hubo oportunidad de realizar ceremonias fúnebres y menos velarlos por las medidas sanitarias”, señala.
Explica en entrevista que la pandemia ha provocado una serie de cambios en el comportamiento de la gente y el duelo es uno de los procesos que se han visto modificados debido al virus.
“La gente no pasa por un proceso normal para enfrentar la pérdida porque no hubo una sepultura, ni la velación del cuerpo presente de sus familiares donde se acompaña ala persona difunta”, explicó el especialista en Tanatología.