“Un bebé es todo para mi. Eso es lo que le pido a Dios cada mañana que me levanto y me despierto sola por las mañanas”, narró María Martínez, quien festejó las reformas planteadas por el ejecutivo mexiquense para agilizar el proceso de adopción, pues aunque ha acudido a iniciar el trámite, la han desanimado pues refieren que es un proceso muy pero muy largo.

La historia de María, de 27 años de edad, comienza cuando a los 24 años de edad conoció a quien dijo fue el hombre de su vida. Pese a ser 20 años mayor que ella reto a la oposición de su familia y se fue a vivir con su pareja.

Tras un tiempo de vivir juntos, la pareja de Mari le confesó que no podía tener hijos y aunque fue sorprendida, su decisión fue tajante: no me importa, podemos adoptar o a ver qué hacemos pero no te voy a dejar.

“Hemos tenido altas y bajas como pareja, nos enojamos pero a los cinco minutos ya volvemos a estar juntos. Mi familia no lo quiere, porque es mayor que yo y sobre todo porque no puede tener hijos, pero eso no me importa yo lo elegí a él y no hay más”, relató.

Indicó que esta situación inclusive los orilló a abandonar el estado por un tiempo, sin embargo, regresaron a vivir a la ciudad de Toluca, “debido a nuestros empleos, nos vemos muy poco en la casa, solamente por las noches y yo prácticamente tengo la tarde libre, fue ahí donde comenzó el deseo de convertirme en madre”, relató.

Para poder llenar esos espacios vacíos, Mari adquirió un par de perritos, Zully y la Negra, "a ellas las queremos como si fueran nuestras hijas, les damos de comer todo lo que nosotros nos llevamos a la boca, si voy por un helado, también les doy a mis peques”, mencionó.

En una ocasión, platicó, mi esposo me dijo que me daba la libertad para buscar a alguien que me diera un hijo, pero le dije que no, que podrían existir otras formas para convertirnos en padres, “sí pensamos en una inseminación artificial, pero es muy caro y con lo que ganamos no podríamos solventar un gasto de esa magnitud. Apenas tenemos para la renta”, agregó.

Ante la ilusión de tener un bebé, refirió que decidieron acudir a las oficinas del DIFEM para intentar iniciar el proceso de adopción, sin embargo, la respuesta les provocó un desanimo total, “nos dijeron de entrada que era un proceso muy largo y engorroso, que mejor pensáramos bien las cosas. Eso nos mató las ilusiones”.

Pero su ilusión no la mataron y comentó que en una ocasión conocieron a una joven que se había embarazado y les confesó que quería deshacerse del bebé, “la contactamos y nos dijo que sí nos lo regalaba, eso nos hizo muy feliz, fuimos a ver una carreola, una cuna, vaya... planeamos todo, pero un vecino de la joven la acusó ante las autoridades y se lo quitaron; la ilusión volvió a terminar”, agregó Mari.

Aunque dejaron de intentarlo por un tiempo, hace apenas unos días se enteraron por el periódico que las adopciones se iban a agilizar y una nueva luz surgió para esta pareja, “dicen que por una propuesta del gobernador se van a agilizar las adopciones. Esto es una nueva esperanza, ojalá que la presidenta del DIFEM nos ayude y haga realidad nuestro sueño”, anheló la mujer.

La verdad, confesó, le he pedido mucho a Dios que la ayude a ser mamá, que nos permita la dicha de ser padres, “he soñado que estoy abrazando a mi bebé y mi esposo a un lado, pero luego despierto y todo está igual. Mi esposo me dice que no me haga tantas ilusiones, pero yo confió en que ese sueño se cumpla y seré inmensamente feliz”, aseveró.

A veces, finalizó, vemos cómo gente abandona bebés en la calle y casi lloró al ver que mientras algunas mujeres desean ser madres otras asesinan a sus hijos, es muy triste, “para mí un bebé lo es todo, es todo en mi vida”, finalizó la joven que hizo un llamado al mismo gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, para poder cumplir su sueño.