Pablo José “N” es originario de Guatemala y uno más de los cientos de migrantes que se ven deambulando por las calles de municipios del Valle de México solicitando monedas para poder subsistir y continuar su camino rumbo a la frontera norte de México en búsqueda del "sueño americano".
“Yo llevo tres meses aquí, vengo de Zacapa en Guatemala y pues mi necesidad es tan grande que voy a Reynosa Tamaulipas a ver si llego pues, yo vengo solo, la familia la deje allá. Es la primera vez que lo intento, hay gente que conozco y está de regreso y dice que no pudo pasar. Es difícil, la gente mala que se toma por allá, mucha vigilancia para pasar, es difícil”, dijo.
Pablo José relató que en su camino sobre el lomo del ferrocarril a quien los indocumentados desde hace muchos años lo llaman “La Bestia”.
Sus paisanos le han advertido que grupos de delincuentes de El Salvador conocidos como “Maras” abordan el tren y que durante el trayecto de Chiapas a Veracruz y de Veracruz a Puebla con extrema violencia los despojan de todo lo que los migrantes cargan encima.
“Quitan las mochilas, han aventado gente de la bestia para abajo. Así se lo digo, me pensaba venir con la familia pero no, mejor así solo es la primera vez que lo intento pero hasta ahorita voy con la fe de que va Dios y mire me he topado con gente buena y también gente mala”, expresó.
El migrante relató que debido a la pobreza que existe en su país y a la falta de oportunidades se vio obligado a dejar a su mujer y a dos “chipotitos” como cariñosamente llama a sus hijos. Señaló que en varias ocasiones ha sido interceptado por personas que lo invitan a vender droga, pero se ha negado y prefiere moverse del lugar.
"Pasan los carros, trocas buenas o parejitas así, y me preguntan ¿quieres trabajar?, les digo si pues a eso vengo, me dicen súbete y me enseña el dinero y la pistola, me dicen pero vas a vender droga, no es a fuerza. Empiezo a voltear a ver a la gente pues si ya si me quieren subir a la fuerza pues grito"; añadió que ha sido testigo de gente que ha sido “levantada” y no los ha vuelto a ver
Explicó que junto a otros migrantes se quedan en la estación abandonada del ferrocarril que se ubica en Tepexpan, en el municipio de Acolman, en el sitio dijo ya llevan tres meses. Aseguró que cuentan con el permiso de los vecinos del lugar quienes además en algunas ocasiones los apoyan con comida.
“Dormimos a un lado de la estación vieja del tren, hay un campo grande donde sembraban antes maíz, ahí nos dieron permiso pero no es por mucho tiempo nada más en lo que juntamos para el pasaje y agarramos camino. Ahorita nada más somos ocho, llegaron más negros “catrachos”, pero la mera verdad vienen con su droga, vienen con la marihuana, nos dicen ¿quieres fumar?, yo no fumo, y no, mejor me aparto nada más vienen a eso a espantar a la gente, con sus rastotas”, dijo.
Explicó que las ocho personas con quienes pernocta en la estación abandonada del ferrocarril, siete son “chapines” (guatemaltecos) y un “catracho” (hondureño) quien desde la Ciudad de San Pedro Sula viajó acompañado de su esposa y su “chipotito” (hijo menor de edad), el grupo estimó continuar su camino en 15 o 20 días una vez que hayan reunido lo suficiente para pagar sus pasajes hasta la frontera norte.
“Ahorita no llevo mucho dinero, pero así como andamos no falta quien nos bendice y nos regala para el pasaje a mi me han regalado hasta 200, 300 pesos aunque sea para comer para que avances, no para el vicio. Los policías que nos encontramos nos tratan bien con buenas palabras, nunca nos han amenazado con entregarnos con la migra”, concluyó.
En junio del 2021, un indocumentado de identidad desconocida quien contaba entre 35 o 40 años de edad, perdió la vida al caer sobre las vías del ferrocarril cuando junto a otras personas viajaba en el lomo de “La Bestia” a la altura del poblado de Jaltepec en el municipio de Axapusco