/ lunes 21 de agosto de 2023

Un viaje en el Tren Interurbano: comodidad, seguridad y velocidad

Los viajes serán cortos y placenteros; tiene aire acondicionado, pantallas informativas y botones de comunicación con cabina y el centro de mando

Subir al Tren Interurbano México-Toluca es un viaje al futuro. Sus frenos electromagnéticos le permite circular a 160 kilómetros por hora. Y pensar que solo 75 personas atienden el centro de mando, desde donde vigilarán y controlarán todo.

Mientras se hace el viaje, no se siente que lleve esa velocidad”, afirma el ingeniero Gabriel Zavala Aguilera, director ejecutivo de Regulación Económica de la Dirección General de Desarrollo Ferroviario, quien lleva cuatro años monitoreando el tren.

Han hecho todo tipo de pruebas, recorridos bajo torrenciales lluvias y granizo. Ingresar a los almacenes y talleres en Zinacantepec es como entrar al cuerpo humano recorriendo su enorme esqueleto de toneladas de metal y tecnología.

COMODIDAD


El recorrido comienza con hacer el viaje de la terminal de Zinacantepec hasta Lerma. Tardamos 32 minutos. Pero una vez que entre en operación el servicio, se hará en 16 minutos. Hasta la estación de Observatorio serán 39 minutos, sumando los dos minutos de ascenso y descenso de cada estación.

Subimos al tren número 18, el cual aún tiene los forros de plástico en los asientos. Mide 100 metros de largo y tiene 326 asientos, pero la capacidad es de 719 personas, contando a quienes irán de pie.

El acceso al tren desde la estación se hace en la primera planta. Hay escaleras eléctricas y unas fijas. También elevador.



En esta prueba aún no existen los asientos de la sala de espera. Pero ya están las pantallas que indican la fecha, hora y el tren que se aproxima. Cuatro cámaras y un reloj fijo estilo europeo. Todo es comodidad.

En cada puerta de acceso hay botones manuales para ingresar. También al interior. Estos tienen un candado que se activa un vez que arranca el tren.

Cada vagón cuenta con espacios para silla de rueda y asientos para personas con discapacidad. Estos tienen a su costado un botón de auxilio que comunica a la cabina del operador y al centro de mando.

“Son bocinas que están conectadas a las cabinas y a los monitoristas. Se puede reportar cualquier incidente y entonces se da la indicación para que en la siguiente estación se detenga el tren”, comentó el ingeniero Ricardo Chávez Medina, coordinador en la ejecución de obra electromecánica del tren.

Toda la infraestructura del tren cuenta con 200 cámaras que están conectadas al centro de mando. De éstas 100 se ubican al interior de los vagones.

PASAJEROS A BORDO


La encargada de cobrar el peaje será el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), la cual está en proceso de definir sus tarifas, aunque el aproximado sería de 110 a 150 pesos hasta la estación de Observatorio.

El sistema que se pretende implementar es mediante tarjetas electrónicas recargables, como el Sistema del Metro en la Ciudad de México.

“Aún no se define pero la empresa pretende usar tarjetas electrónicas, de las que se descontaría el costo del traslado en la estación que desciendan los usuarios”, explicó el ingeniero Ricardo Chávez.



Las taquillas serán instaladas en los accesos a la estaciones, con máquinas dispensadoras que harán los cobros electrónicos a los usuarios.

En un principio se manejó que para el tramo de Zinacantepec a Lerma, el costo del pasaje sería de 25 pesos, sin embargo, no es oficial hasta el momento.

UN CEREBRO CON TRES CABEZAS


“La responsabilidad recae en el trabajo de 75 personas; en la operación del cerebro del tren, de los telemandos en el centro de mando”, explica el ingeniero Gabriel Zavala.

Esta área que es como un C-5 de la policía, hay tres áreas básicas: monitoristas de tráfico, vigilantes de estación y encargados de supervisar el panel eléctrico. El sistema de trenes a diario funciona con 25 mil voltios.

En el centro de monitoreo están las 25 personas por turno de forma permanente, en total 75 a bordo.



“La pantalla principal indica el tránsito de los trenes en tiempo real, se puede expandir o reducir para ver una sola estación”, precisan los ingenieros.

“También se puede observar cualquier falla técnica, en estos telemandos se puede revisar el estado de la catenaria, reducir el nivel de energía”, precisa.


En el telemando de seguridad, se vigila las 200 cámaras instaladas en la red del tren.

El personal que monitoreo puede checar cualquier emergencia, ya sea un incendio, caída de estructuras por sismos, accesos a la estaciones y cualquier incidente que ocurra con los usuarios.

En las pantallas se cuenta esquemas para conocer en tiempo real el estado de los trenes, sus recorridos, viaductos, puentes, túneles y estaciones.



“A través de ellas podemos ver cómo se comportan las estaciones, tienen acceso a acelerómetros, sismógrafos y otros instrumentos, que nos va a permitir saber si existe algún cambio o anomalía en los trenes para tomar las decisiones pertinentes”, explicó el ingeniero Ricardo.

UNA SALA DE REPARACIONES


Otra de las áreas del tren, es su zona de talleres. Son enormes estructuras en las que caben al mismo tiempo los 30 trenes.

“Aquí tenemos maquinaria para todos los servicios que pueda requerir el tren, tenemos fosas inferiores, también plataformas para darle mantenimiento a la parte superior del tren, lo que es contógrafo y el aire acondicionado y en la parte baja se revisa el sistema de frenos”, señala el ingeniero Gabriel Zavala.

Se cuenta con cabinas para revisar las ruedas del tren, otra para el lavado y una para pintar los vagones.



En los talleres se hacen revisiones preventivas y correctivas.

El mantenimiento más común, es el que se le da a las ruedas, que requieren revisión cada 120 mil kilómetros, y este dependerá del uso de los trenes.

“Durante el periodo de pruebas tuvimos problemas con bogies (pares de ruedas) y hubo que hacer el reperfilado”, explicó el ingeniero.

Una vez que salga a dar servicio, el responsable directo de darle mantenimiento será el operador, es decir, el Fonadin.

SIMULADORES


Los aspirantes a ser operadores del tren, deben pasar por una capacitación constante. Para eso se dispone de las cabinas simuladoras, equipadas con controles e incluso ruido ambiental. Son una copia de las cabinas reales de los trenes.

Allí adentro, hombres y mujeres deben pasar ejercicios que les dispone el instructor.

“El instructor mira a través de las pantallas los ejercicios de los alumnos, qué acciones están tomando en los simuladores y es quien los evalúa”, explicó el encargado del área.

El tren México-Toluca dará servicio con 70 operadores, de los cuales el 50 por ciento son mujeres.



“En las cabinas se recrean las condiciones del clima para que el operador esté capacitado para enfrentar cualquier circunstancia”, añadió.

Los operadores tienen un horario de trabajo de ocho horas diarias, pero en casos en que externen cualquier condición adversa en su salud, se reemplazará por otro, pues es un puesto clave en el servicio.

Un operador del tren, debe estar capacitado para atender cualquier circunstancia que se presente, tanto con los usuarios como el contexto en el que circule la unidad.

“El operador está a cargo de todo lo que ocurre a bordo del tren durante su recorrido y debe informar al centro de mando”, añadió el instructor.

Esta obra une al Estado de México y la Ciudad de México. Foto: Daniel Camacho / El Sol de Toluca



Se espera que por día el tren otorgue servicio a unos 9 mil a 10 mil pasajeros y que en días de mayor demanda salga un tren cada dos minutos.

El 14 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el tren en su tramo de Zinacantepec a la estación de Lerma, y en marzo de 2024 dará servicio hasta la estación de Observatorio.

Subir al Tren Interurbano México-Toluca es un viaje al futuro. Sus frenos electromagnéticos le permite circular a 160 kilómetros por hora. Y pensar que solo 75 personas atienden el centro de mando, desde donde vigilarán y controlarán todo.

Mientras se hace el viaje, no se siente que lleve esa velocidad”, afirma el ingeniero Gabriel Zavala Aguilera, director ejecutivo de Regulación Económica de la Dirección General de Desarrollo Ferroviario, quien lleva cuatro años monitoreando el tren.

Han hecho todo tipo de pruebas, recorridos bajo torrenciales lluvias y granizo. Ingresar a los almacenes y talleres en Zinacantepec es como entrar al cuerpo humano recorriendo su enorme esqueleto de toneladas de metal y tecnología.

COMODIDAD


El recorrido comienza con hacer el viaje de la terminal de Zinacantepec hasta Lerma. Tardamos 32 minutos. Pero una vez que entre en operación el servicio, se hará en 16 minutos. Hasta la estación de Observatorio serán 39 minutos, sumando los dos minutos de ascenso y descenso de cada estación.

Subimos al tren número 18, el cual aún tiene los forros de plástico en los asientos. Mide 100 metros de largo y tiene 326 asientos, pero la capacidad es de 719 personas, contando a quienes irán de pie.

El acceso al tren desde la estación se hace en la primera planta. Hay escaleras eléctricas y unas fijas. También elevador.



En esta prueba aún no existen los asientos de la sala de espera. Pero ya están las pantallas que indican la fecha, hora y el tren que se aproxima. Cuatro cámaras y un reloj fijo estilo europeo. Todo es comodidad.

En cada puerta de acceso hay botones manuales para ingresar. También al interior. Estos tienen un candado que se activa un vez que arranca el tren.

Cada vagón cuenta con espacios para silla de rueda y asientos para personas con discapacidad. Estos tienen a su costado un botón de auxilio que comunica a la cabina del operador y al centro de mando.

“Son bocinas que están conectadas a las cabinas y a los monitoristas. Se puede reportar cualquier incidente y entonces se da la indicación para que en la siguiente estación se detenga el tren”, comentó el ingeniero Ricardo Chávez Medina, coordinador en la ejecución de obra electromecánica del tren.

Toda la infraestructura del tren cuenta con 200 cámaras que están conectadas al centro de mando. De éstas 100 se ubican al interior de los vagones.

PASAJEROS A BORDO


La encargada de cobrar el peaje será el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), la cual está en proceso de definir sus tarifas, aunque el aproximado sería de 110 a 150 pesos hasta la estación de Observatorio.

El sistema que se pretende implementar es mediante tarjetas electrónicas recargables, como el Sistema del Metro en la Ciudad de México.

“Aún no se define pero la empresa pretende usar tarjetas electrónicas, de las que se descontaría el costo del traslado en la estación que desciendan los usuarios”, explicó el ingeniero Ricardo Chávez.



Las taquillas serán instaladas en los accesos a la estaciones, con máquinas dispensadoras que harán los cobros electrónicos a los usuarios.

En un principio se manejó que para el tramo de Zinacantepec a Lerma, el costo del pasaje sería de 25 pesos, sin embargo, no es oficial hasta el momento.

UN CEREBRO CON TRES CABEZAS


“La responsabilidad recae en el trabajo de 75 personas; en la operación del cerebro del tren, de los telemandos en el centro de mando”, explica el ingeniero Gabriel Zavala.

Esta área que es como un C-5 de la policía, hay tres áreas básicas: monitoristas de tráfico, vigilantes de estación y encargados de supervisar el panel eléctrico. El sistema de trenes a diario funciona con 25 mil voltios.

En el centro de monitoreo están las 25 personas por turno de forma permanente, en total 75 a bordo.



“La pantalla principal indica el tránsito de los trenes en tiempo real, se puede expandir o reducir para ver una sola estación”, precisan los ingenieros.

“También se puede observar cualquier falla técnica, en estos telemandos se puede revisar el estado de la catenaria, reducir el nivel de energía”, precisa.


En el telemando de seguridad, se vigila las 200 cámaras instaladas en la red del tren.

El personal que monitoreo puede checar cualquier emergencia, ya sea un incendio, caída de estructuras por sismos, accesos a la estaciones y cualquier incidente que ocurra con los usuarios.

En las pantallas se cuenta esquemas para conocer en tiempo real el estado de los trenes, sus recorridos, viaductos, puentes, túneles y estaciones.



“A través de ellas podemos ver cómo se comportan las estaciones, tienen acceso a acelerómetros, sismógrafos y otros instrumentos, que nos va a permitir saber si existe algún cambio o anomalía en los trenes para tomar las decisiones pertinentes”, explicó el ingeniero Ricardo.

UNA SALA DE REPARACIONES


Otra de las áreas del tren, es su zona de talleres. Son enormes estructuras en las que caben al mismo tiempo los 30 trenes.

“Aquí tenemos maquinaria para todos los servicios que pueda requerir el tren, tenemos fosas inferiores, también plataformas para darle mantenimiento a la parte superior del tren, lo que es contógrafo y el aire acondicionado y en la parte baja se revisa el sistema de frenos”, señala el ingeniero Gabriel Zavala.

Se cuenta con cabinas para revisar las ruedas del tren, otra para el lavado y una para pintar los vagones.



En los talleres se hacen revisiones preventivas y correctivas.

El mantenimiento más común, es el que se le da a las ruedas, que requieren revisión cada 120 mil kilómetros, y este dependerá del uso de los trenes.

“Durante el periodo de pruebas tuvimos problemas con bogies (pares de ruedas) y hubo que hacer el reperfilado”, explicó el ingeniero.

Una vez que salga a dar servicio, el responsable directo de darle mantenimiento será el operador, es decir, el Fonadin.

SIMULADORES


Los aspirantes a ser operadores del tren, deben pasar por una capacitación constante. Para eso se dispone de las cabinas simuladoras, equipadas con controles e incluso ruido ambiental. Son una copia de las cabinas reales de los trenes.

Allí adentro, hombres y mujeres deben pasar ejercicios que les dispone el instructor.

“El instructor mira a través de las pantallas los ejercicios de los alumnos, qué acciones están tomando en los simuladores y es quien los evalúa”, explicó el encargado del área.

El tren México-Toluca dará servicio con 70 operadores, de los cuales el 50 por ciento son mujeres.



“En las cabinas se recrean las condiciones del clima para que el operador esté capacitado para enfrentar cualquier circunstancia”, añadió.

Los operadores tienen un horario de trabajo de ocho horas diarias, pero en casos en que externen cualquier condición adversa en su salud, se reemplazará por otro, pues es un puesto clave en el servicio.

Un operador del tren, debe estar capacitado para atender cualquier circunstancia que se presente, tanto con los usuarios como el contexto en el que circule la unidad.

“El operador está a cargo de todo lo que ocurre a bordo del tren durante su recorrido y debe informar al centro de mando”, añadió el instructor.

Esta obra une al Estado de México y la Ciudad de México. Foto: Daniel Camacho / El Sol de Toluca



Se espera que por día el tren otorgue servicio a unos 9 mil a 10 mil pasajeros y que en días de mayor demanda salga un tren cada dos minutos.

El 14 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador inaugurará el tren en su tramo de Zinacantepec a la estación de Lerma, y en marzo de 2024 dará servicio hasta la estación de Observatorio.

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