La zona de Madín, que abastece de agua potable a los habitantes de Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán, presenta una grave contingencia sanitaria que ha provocado la muerte de al menos una tonelada y media de peces, la emigración de miles de aves y se ha detectado presencia de restos de medicamentos en el agua.
La doctora Marcela Galar Martínez, investigadora del Conacyt y quien ha llevado a cabo estudios minuciosos de la Cuenca Madín, asegura que se está cometiendo un "crimen ecológico" por omisión de las autoridades municipales, estatales y federales.
En entrevista, señala que desde hace muchos años el grupo de investigación de la Presa Madín ha hecho denuncias ante Conagua, Caem y todos los municipios, por ello la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) declaró una emergencia sanitaria en la zona.
Detalló que en su momento, en el 2004, cuando se murió la tonelada y media de peces derivado de los contaminantes que ya se tenía en la presa por los lixiviados que recibía del basurero de Tepatlaxco, se hizo la petición pero ninguna autoridad ha hecho caso.
Marcela Galar Martínez afirmó que una parte importante de la población de Atizapán, Naucalpan y Tlalnepantla recibe agua de esta presa y solo el 2% pasa por un proceso de potabilización "que, en teoría, debería de eliminar algunos de los contaminantes”.
Sin embargo, indicó, han hecho estudios en el agua y ésta contiene contaminantes que no se remueven con los procesos convencionales de potabilización.
Dijo que entre los contaminantes emergentes se encuentran los fármacos, algunos metales, como el aluminio, hidrocarburos, que no van a ser removidos con el proceso convencional de potabilización.
Dijo que Madín ha presentado al menos tres emergencias ambientales, en el 2019 se cubrió de lirio prácticamente en el cien por ciento de su espejo de agua; posteriormente, la muerte masiva de aproximadamente una tonelada y media de peces y nuevamente el lirio apareció alejando a las aves migratorias.
La investigadora del Conacyt afirma que entre las acciones para limpiarla se invirtieron millones de pesos, tanto por Conagua, Caem y los municipios para retirar el lirio, sin embargo, el problema fundamental no se ha resuelto.
Los fármacos detectados en el agua de la presa son metformina, glibenclamida, penicilina diclofenaco y aluminio, que sobrepasan en algunos puntos permisibles para la población de vida acuática que es de .05 miligramos por cada litro y se han encontrado hasta 24. “Realmente el problema es grabe”, reitero la investigadora.
“En el 2020 se hizo un estudio de lo que sucedía con las personas que reciben agua de la Presa Madín y demostramos que presentan problemas de estrés oxidativo y daños genéticos, por eso es necesario la declaratoria de emergencia en la zona”, concluyó.