La violencia en contra de las mujeres persiste debido a la falta de la cultura de la legalidad y la poca promoción del cambio de roles dentro del núcleo familiar, que lejos de incentivar la equidad continúan promoviendo estereotipos de desigualdad social, consideraron especialistas.
En entrevistas separadas, las académicas, profesoras e investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de México, Cristina Eugenia Pablo Dorantes e Itzel Hernández Lara, coincidieron que la visibilización de la violencia en contra de las mujeres es pieza fundamental para la construcción de políticas públicas que permitan erradicar este problema.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del INEGI, hasta un 77.7% de mujeres con educación superior completa tienden a ser víctimas de violencia con mayor frecuencia en el Estado de México, seguidas por las que tienen educación media superior con un 76.9% y, finalmente, por las que cuentan con educación básica, con 76.6%.
Ambas académicas consideraron que probablemente las mujeres con mayor grado de estudios son mayormente violentadas, debido a que éstas tienen una mayor capacidad de identificar la violencia en cualquiera de sus modalidades, por ello es importante concientizar a la población en general sobre el tema.
De acuerdo con Cristina Eugenia Pablo Dorantes, profesora de tiempo completo y maestra en prevención del delito y sistemas penitenciarios, la violencia contra la mujer es un problema multifactorial, que puede tener orígenes en diversos aspectos de la vida cotidiana y familiar; no obstante, la falla que prevalece es la falta de la cultura de la legalidad.
Agregó que todavía persiste la creencia en algunas regiones del país de que cualquier acto de violencia es normal, motivo por el cual muchas mujeres no la denuncian.
“Lo que está fallando son las políticas públicas encaminadas a la cultura de la legalidad, hay que difundir más esta cultura para permear la oportuna identificación de la violencia en cualquier modalidad. Toda la sociedad tenemos derecho a esta cultura, sin embargo, la encontramos como una forma de control social”, explicó la especialista.
Cristina Eugenia Pablo Dorantes expresó que, incluso, hace falta capacitación entre los servidores públicos y funcionarios de la entidad, pues algunos carecen del conocimiento sobre el marco normativo existente en el país y, debido a ello, pueden ser generadores de violencia.
“Entre más desconocimiento se tenga (del marco jurídico) entre los servidores públicos y funcionarios, hay más posibilidad de que el propio Estado cometa errores”, declaró.
Otro aspecto importante a considerar es la cifra negra conformada por las víctimas que no denuncian.
“Se requieren hacer estudios específicos con estadísticas e instrumentos que permitan la medición aproximada de esta estadística que es la que tampoco se debe ignorar, es muy bueno conocer las cifras aproximadas de denuncias y víctimas, así como el perfil de los victimarios, pero también sería útil conocer el motivo del por qué las víctimas no denuncian”, adicionó.
Confinamiento incrementa posibilidad de violencia
Pablo Dorantes aseguró que el confinamiento derivado de la pandemia del Covid-19 ha incrementado de forma alarmante la violencia dentro de los hogares mexicanos, siendo los niños los principales afectados.
“El encierro por la pandemia sí ha hecho crecer los actos violentos en los hogares derivado de las cuestiones emocionales entre parejas y familias. Con este confinamiento las familias están muy desesperadas, pero quienes sufren mayormente las consecuencias son los niños”.
Ante este panorama, consideró, sería útil que el gobierno mexiquense emprenda acciones inmediatas para la atención de la salud psicológica y emocional de los menores, a fin de evitar que en su vida adulta se conviertan en personas generadoras de violencia.
Núcleo familiar, base fundamental de la igualdad
Para la profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx y coordinadora de la especialidad de Género, Violencia y Políticas Públicas, Itzel Hernández Lara, el núcleo familiar es pieza fundamental para promover la igualdad de género, pues el que todavía persista la distinción de roles fomenta la desigualdad entre los padres de familia.
“No solamente se requiere una toma de conciencia sobre la violencia y los efectos de ésta dentro de los hogares, sino además se requiere evitar distinción en los roles. El hecho de pensar que el papá ayuda con las tareas del hogar, por ejemplo, se sigue fomentando estereotipos de género que no aportan nada a la igualdad”, declaró la especialista en entrevista con El Sol de Toluca.
En este contexto, hizo hincapié en la importancia de generar un modelo educativo, inclusivo, así como la creación de políticas públicas incluyentes e igualitarias.
Identificación de la violencia
Hernández Lara consideró que hace falta mayor información y concientización sobre los tipos de violencia, pues muchas mujeres todavía consideran que la física es la única que existe.
“No hay que olvidar que un golpe no se da en el vacío o de manera automática, una persona que ya ejerce violencia física sobre su pareja muy probablemente ya tuvo un proceso de violencia psicológica y hasta económica previamente con su víctima”, puntualizó la académica.
Para concluir, la coordinadora de la especialidad de Género, Violencia y Políticas Públicas en la Máxima Casa de Estudios mexiquense recordó que tanto las mujeres como los hombres de todos los estratos económicos pueden ser víctimas de violencia, pero no hay que perder de vista que es mucho más frecuente y con mayor hazaña en contra de las niñas, niños, adolescentes y mujeres.