A dos años de tres malas operaciones en la cadera debido a la falta de cartílago, las cuales fueron realizadas por un médico del Hospital Issemym, Ernestina Martínez Almazán, de 75 años ha vivido un verdadero calvario, pues su vida dio un giro de 360 grados, ya que presenta dolores intensos y problemas para realizar sus actividades diarias.
Al ser una persona de la tercera edad, Ernestina Martínez vive sola, pues sus cinco hijos hicieron su vida y no viven con ella, motivo por el cual no la pueden apoyar como quisieran, y aunado a ello ha tenido que desembolsar importantes cantidades de dinero para atender este problema.
Un aspecto que le preocupa a doña Ernestina, quien vive en Capultitlán, es que el mismo personal médico le ha comentado que prácticamente “experimentaron con ella”, puesto que quienes la habrían intervenido en una ocasión fueron residentes.
“El doctor que me atendió en una de las explicaciones que me dio, de manera burlona, me dijo que hicieron una prueba conmigo porque aplicaron una nueva anestesia. Esta confesión que me hizo desde luego que no fue incluida en mi expediente médico, pero es sumamente preocupante”, narró.
Con impotencia en el rostro y enojo, Ernestina Martínez continúa señalando que por estas acciones no descarta interponer alguna denuncia ante las instancias correspondientes, sin embargo, prefirió de momento no mencionar al responsable de este daño físico que le ocasionaron.
“No se vale que el personal médico no asuma su responsabilidad, porque derivado de las tres malas intervenciones que me hicieron he tenido que canalizar recursos económicos para atender los dolores insoportables que tengo, lo cual no me correspondería”, apuntó.
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¿Cómo ocurrieron los hechos?
Todo comenzó en el 2018, cuando Ernestina presentaba ligeros dolores en las caderas, por lo que acudió a visitar al doctor, quien luego de unos estudios la diagnosticó sin cartílago; por lo tanto, tenía que ser sometida a una cirugía.
Su primera intervención fue el 6 de noviembre de 2018, y al término de la misma fue dada de alta; sin embargo, apenas pasaron 48 horas comenzó su calvario, puesto que la prótesis de la cirugía se había desprendido de su cuerpo.
“La prótesis se movía en mi interior causando un intenso dolor, afortunadamente hubo quien me auxiliara, puesto que me encontraba en compañía de uno de mis hijos”, recordó.
Posteriormente, tuvo que regresar al hospital, porque el doctor que había realizado la primera cirugía le indicó que la volverían a operar para cambiar la prótesis, asegurando que esta vez quedaría bien.
Mientras que la tercera intervención se efectuó en el 2019, debido a que nuevamente la prótesis se desprendió, pero cuando ocurrieron los hechos Ernestina se encontraba sola en su domicilio y sin saber qué hacer, afortunadamente al cabo de unas horas logró pedir ayuda.
“El médico que me realizó las tres cirugías ya no me da la cara, a pesar de que yo acudía porque presentaba dolores cada vez más intensos en varias partes de mi cuerpo”, aseveró.
Finalmente, Ernestina indicó que su vida se ha visto afectada en todos los sentidos: social, emocional, física y hasta económicamente ante la necesidad de desembolsar de su gasto diario para tener que pagar médicos particulares y rehabilitaciones de por vida.
Frase:
A raíz de las intervenciones quirúrgicas mal hechas tengo fuertes dolores en mi organismo que me impiden realizar mi vida con normalidad, porque no puedo caminar, ni sentarme, ni realizar acciones básicas, por lo que siempre tengo que depender de alguna persona.
Ernestina Martínez Almazán, pensionada y quien fue víctima de negligencia médica.