Ante las constantes lluvias que han azotado el Valle de México durante los últimos días, los vecinos de Culturas de México y Jacalones en Chalco cada vez ven más lejano el momento en que sus vidas regresen a la normalidad y vuelvan a construir el patrimonio que las inundaciones se llevaron hace más de 50 días, cuando inició la emergencia.
Hace unas semanas, los vecinos de la zona cero habían comenzado a retomar sus vidas, limpiar sus viviendas y calles, además de recibir en algunos casos el apoyo económico enviado por el gobierno federal, sin embargo, aún corren riesgo de volver a inundarse mientras no finalicen los trabajos en el colector Solidaridad y la temporada de lluvias no termine.
Las colonias Culturas de México y Jacalones se encuentran desoladas, pues los elementos de las brigadas que durante más de un mes estuvieron en las calles inundadas, así como los elementos de la Secretaría de Defensa Nacional que mantenían el Plan DN-III, la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina, personal de Protección Civil y Bomberos mexiquenses ya no están más en el municipio.
Su ausencia ha sido evidente esta semana, pues apenas este lunes, luego de registrarse un aumento en el nivel del agua de más de 50 centímetros en algunas calles de Culturas, decenas de vecinos vieron complicada su movilidad entre las aguas negras que los obligaron a sacar nuevamente sus botas de hule y pantaloneras para poder asistir a sus actividades diarias, como las escuelas para los menores y los trabajos de los adultos.
Inclusive los comerciantes que se ubican en la zona cero han comenzado a implementar la venta de productos para las inundaciones, como las botas de hule, que oscilan entre los 100 y 300 pesos, así como pantaloneras para mayor protección en 300 pesos.
En los rostros de los vecinos se logra observar el cansancio que los invade a casi dos meses de haberse registrado la primera inundación en la zona, quienes declaran que aunque aún no terminan los trabajos de limpieza, e incluso hay familias que aún no pueden habitar sus hogares, tienen que seguir con su vida diaria y trabajando para poder rehacer sus vidas.
De acuerdo con la encargada del refugio que está habilitado en la colonia Culturas de México desde el inicio de la contingencia, Mireya Ramírez, aún quedan 32 personas habitando en el Centro de Desarrollo Comunitario de la zona porque aún no hay condiciones para volver a los domicilios donde residían.
Durante el fin de semana, pese al aumento de los niveles del agua por las lluvias, dos familias, una de 11 miembros y otra de cinco, abandonaron las instalaciones para volver a sus casas. Aunque aún no están en las condiciones óptimas para tener una vida digna, prefieren estar en sus viviendas y utilizaron el apoyo económico otorgado por el gobierno federal para comenzar con los arreglos en las estructuras afectadas.
Hay otros tantos vecinos que no abandonaron sus hogares, pero que sí vieron perdido todo su patrimonio, como es el caso de la señora Ángeles, quien no recibió el apoyo económico del gobierno federal pese a vivir en una de las calles en la colonia Culturas de México que registró los niveles más altos de agua y fue censada por los trabajadores de la Secretaría del Bienestar.
Ya no nos dieron los ocho mil pesos, pero que si nos den los enseres. Yo no tengo para comprarme un colchón nuevo, ni a mi ni a mis hijos, aunque sea necesitamos eso, no es querer, es necesitar, porque dormimos en el piso. Eso no es vivir.Sra. Ángeles, vecina de la colonia Culturas de México.
Al igual que ella, cientos de vecinos continúan en espera de la entrega de enseres domésticos que el gobierno estatal y municipal prometieron entregar una vez que las obras en los colectores de alivio finalicen, pues ya se cuenta con el 95% de los enseres que serán entregados a los vecinos, así lo informó la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez.
Los vecinos ya no quieren pelear, solo quieren descansar y poder volver a la normalidad. Ya no quieren preocuparse por despertar y nuevamente encontrar sus salas y patios inundados por aguas negras. Don Roberto, un hombre de la tercera edad que vive en la colonia Jacalones, menciona que ya no tienen ni fuerza para manifestar su inconformidad, pues vivir entre el fétido olor de las aguas negras y las decenas de mangueras que bombean el agua hacia la PB-12 en Tlapacoya que dificultan la movilidad de muchas personas.
Tenemos que saltar las mangueras que son enormes, lo cual es peligroso para uno. Imagínese yo, que ya no puedo levantar mis piernas como antes por la edad, es un riesgo para nosotros. Ya uno está cansado, aprendiendo a vivir entre tanto caos.Don Roberto, vecino de la colonia Jacalones.