Con una ceremonia en la que ofrendaron flores, fruta, copal, miel y esperanza, integrantes del Consejo Indígena del Trueque pidieron a los cuerpos de agua que no deje de fluir el líquido ya que, derivado de las malas prácticas y la falta de respeto hacia la Madre Naturaleza, los manantiales y lagunas se secan.
En la región de Tianguistenco y Ocuilan, los pueblos originarios coronaron los manantiales y lagunas, elevaron sus oraciones y pidieron perdón a la Madre Naturaleza por los agravios que la humanidad comete en su contra.
“Esta ceremonia se hacía ancestralmente en el Día de San Juan en los manantiales, nosotros lo retomamos de la manera más apegada a lo que hacían los abuelos. No solo se trata de la ofrenda sino de convivir con el pueblo con atole agrio“, comentó Ernestina Ortiz Peña, fundadora del Consejo Indígena del Trueque.
Además de la ceremonia en la que se saluda a los cuatro puntos cardinales así como a los elementos como agua, fuego, viento y tierra, se coronó a los cuerpos de agua.
“Para nosotros tienen vida, hay un espíritu y la laguna tiene su guardián, entonces le traemos la ofrenda al espíritu de la laguna. Los pueblos indígenas siempre agradecemos por la lluvia y ahora también hacemos consciencia de que esto que vivimos, si seguimos sin respetar a la Madre Tierra, lo vamos a pagar muy caro”.
Este lunes el pueblo tlahuica coronó la laguna de Santiago Tilapa, el manantial de esta comunidad, la lagunilla de San Nicolás Coatepec y los manantiales de San Juan Atzingo, en el municipio de Ocuilan.
Se dirigieron a los puntos donde el agua nace de la montaña, los bendijeron y ahí, con los pies descalzos sumergidos en el agua, pidieron compasión y que la vida fluya a través de los manantiales y ríos.
Rosalino López Alvarado, presidente del Consejo Indígena del Trueque consideró que si no se hubiera perdido el camino de enseñanzas de los pueblos originarios, los recursos naturales no estarían en peligro y con ello, la vida natural.
El día que los niños y la gente aprendan la cuestión espiritual del agua, será otra nuestra sociedad.
Con el corazón fijado en sus creencias, los indígenas de la región pidieron perdón por el uso desproporcionado del agua y pidieron que las lluvias permitan que haya buenos ciclos agrícolas, ya que a la fecha van retrasados y no saben si habrá buenas cosechas.
Además, recordaron que viven en regiones que han sido saqueadas por lo que los cuerpos de agua se muestran débiles y vulnerables a la contaminación y a la sequía.
Es por ello que confiaron en que el copal elevará sus oraciones a los espíritus del agua y el caracol llevará el mensaje a través del viento, están convencidos de que si se convierten en guardianes de la Madre Naturaleza y sus conocimientos se comparten y respetan, se puede cambiar rumbo del planeta frente al cambio climático.