La marcha la abrazan jovencitas, sobre todo las que conocieron a Diana Esmeralda. La encabezan con mantas, cartulinas y margaritas. Su tía Lidia sostiene una lona con la foto en grande y es la misma imagen que se repite en todo el tumulto de mujeres.
El megáfono repite: "que muera el feminicida", son los cánticos feministas que se oyen en las marchas.
El feminicidio de Diana no ha pasado silencioso en Ixtlahuaca. Aunque a ella la asesinaron estando sola, al interior de su casa.
Diana tenía los sueños de su edad: estudiar y dejar atrás la vida en la que la abrazó la muerte dos veces. Y ella soñaba salir de allí, dice su tía Lidia.
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"Cuando murieron sus padres, yo la comencé a frecuentar más, era como mi hija", cuenta su tía Lidia.
La muerte se aferró de forma prematura a Diana Esmeralda tres veces. Con sus padres y con ella misma después.
Por eso sus tías y primas encabezan la marcha, están hasta el frente y gritan. La convocatoria ha tenido fuerza y ya son cientos de mujeres que pretenden llegar frente al ayuntamiento para exigir justicia.
EL FEMINICIDIO
El cuerpo de Diana lo encontró su hermano Antonio al interior de su casa. Él avisó a los tíos lo ocurrido y fue quien abrazó el cuerpo de Diana.
"Ella vivía sola en la casita que le dejaron sus papás", cuenta su tía.
La casa se encuentra sobre un camino que lleva a unas milpas, a unas cuadras de la casa de sus tíos.
La rutina de Diana era salir de allí y tomar a diario rumbo a la tienda donde llevaba dos años.
"Acababa de terminar la prepa y estudiaba y trabajaba, quería superarse", dice soltando lágrimas reprimidas su tía Lidia.
Con Diana se ensañaron y abandonaron su cuerpo en su propio hogar sin esperar que alguien la encontrara pronto. Por eso su tía aprieta la lona y llora.
Fue 10 años atrás cuando la muerte abrazó a Diana Esmeralda, cuando murió su madre por una neumonía, luego hace tres años, con su padre.
Por ello Diana tuvo que sortear sola la vida hasta sus 21 años, con sus dos hermanos.
"Aquí, todos la apreciábamos, no tenía ya a sus papás, pero sí a todos nosotros", comenta otro tía de la joven.
MARCHA CRECIENTE
Lo que dice su tío, se refleja en las hileras de mujeres que este martes se fueron sumando a la marcha.
Comenzaron con un puñito de 20 y en cada punto de la pequeña ciudad que se fueron deteniendo, salieron más mujeres vestidas de blanco y con cartulinas. La hilera abarcó una cuadra y hubo globos, cartulinas y sobre todo gritos. Repitieron mucho "justicia" y "no estás sola".
El sol abrazó fuerte este martes en Ixtlahuaca, como abrazó la propia muerte a Diana Esmeralda y como quieren su tía Lidia y sus hermanos Antonio y Luis, que la abrace la justicia. Porque esa no ha llegado.