Toluca, México.- Por las plazas, mercados y ferias, el estilo de Gerardo para ofertar productos de herbolaria se escucha sin parar y a buen tono. El merolico de las calles se gana “el pan de cada día” con la publicidad de boca en boca.
“Desde hace dieciocho años me dedico a este trabajo, siempre recorriendo los mercados y ferias de todo el país”, aseguró Gerardo Pliego, un toluqueño de San Pablo Autopan y que tiene por oficio el vender productos de medicina tradicional que curan todo tipo de males.
Sus recorridos diarios a los mercados de Toluca, Metepec y Zinacantepec, son con mochila al hombro y una lámina en la que muestra lo que causan las enfermedades en el cuerpo, y con la otra mano expone las pequeñas botellas de ese medicamento que lo presume casi como mágico.
“Todo lo que vendemos sirve, no es engaño, tengo clientes que ya saben dónde me instalo y regresan cada vez que se les termina el producto”, afirmó Gerardo.
En su oficio de todos los días, debe conocer de “pies a cabeza” lo que vende, desde sus propiedades hasta las recetas para su uso. En eso radica poder vender a sus clientes.
“Sí, es un poco cansado porque hay que convencer a la gente”, dice Gerardo, con un tono de risa sobre los gajes de su oficio.
El hacer un buen pregoneo también demuestra si se es un buen vendedor, dice el merolico. Su estilo se lo ha sabido labrar desde hace 18 años.
“Mire, este es el producto que lo va a curar y que hoy le ofrezco, si usted padece de la uña enterrada, este producto a base de ajo es la solución”, explicó Gerardo, con la fluidez que le dan sus 18 años de experiencia.
Con sus productos naturistas, el vendedor ha recorrido las ferias de Hidalgo, Michoacán, Guanajuato y Morelos, donde tiene su mercado.
“El producto yo lo compro y recorro casi todo el país, me voy dos, tres hasta cuatro días y no regreso hasta que acabo”, aseguró el pregonero.
En el mercado Benito Juárez, Gerardo es muy bien conocido, donde se pasea de local en local para ofertar su producto, de a ratos permanece en una esquina donde obliga a que la curiosidad de sus clientes los detenga y le compren.
Por día, su venta no baja de las 20 botellas. Entre semana son días flojos, dice, pero los fines de semana se repone.
Gerardo practica uno de los oficios más antiguos y de los que también están en peligro de desaparecer por el avance de la medicina y la poca confianza que tiene la gente sobre la medicina natural.
“La gente ya no confía tanto en la medicina tradicional, pero te aseguro que funciona”, refiere Gerardo, seguro de que sus productos ayudan a mantener la salud, mientras ofrece a otro cliente sus botellas.
NUMERALIA
18 Años lleva Gerardo como merolico
Unas 20 botellas vende diario
32 Años tiene el vendedor
En 4 estados oferta su producto
FRASE
Todo lo que vendemos sirve, no es engaño, tengo clientes que ya saben dónde me instalo y regresan cada vez que se les termina el producto.
Gerardo Pliego Martínez, merolico toluqueño