Toluca, México.- En la casa de la familia Pacheco, la vidadiaria comienza a las 6:00 horas, cuando Rocío y su esposo apurana sus dos pequeñas para tomar pan y leche, luego salen rumbo a laescuela, y comienzan a preparar los utensilios y aderezos parasalir a vender con su carrito de huaraches en las plazas deToluca.
"Somos una familia pequeña y sobrevivimos de vender huaraches,este oficio se lo estamos enseñando a nuestras hijas, para quesean emprendedoras pero sin dejar de ir a la escuela", explicóRocío.
El ritmo de la vida en los fines de semana no cambia para losPacheco; los sábados y domingos una vez que se terminan las tareasescolares, Maribel y su hermana se turnan para acudir con su madrea ofertar los huaraches, saben que pocas veces sus padres laspueden llevar como cualquier otra familia al parque, el cine ocomer un helado; sin embargo son felices al ayudar en la economíadel hogar.
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"Uno quisiera llevarlos al parque, o al cine pero no se puedeporque el sueldo no alcanza pero lo que sí les damos es elsustento diario y sus estudios", externó Rocío, mientras daba unabrazo a su hija, para demostrarle que en medio de su ardua labor,hay espacio para el cariño en el Día de la Familia, que secelebró el pasado domingo 5 de marzo.
Oriundos de la colonia Santa Bárbara, la familia decomerciantes es joven, hace 12 años se formó, ella oriunda de laCiudad de México, conoció a su actual esposo y decidieron probarfortuna en Toluca en la venta de huaraches, dulces y en trabajos demedio tiempo.
A diario son más de ocho horas de caminatas por plazas delcentro para ofertar los huaraches a bordo de un carrito nevero queadaptaron para las canastas de tostadas y las cubetas consalsas.
Siempre alertas y moviéndose de un lado a otro para evitar alos inspectores, que les quitan la mercancía pese a ofertar uno delos pocos alimentos oriundos de la gastronomía toluqueña.
“Es difícil andar con las niñas en la venta porque luego losinspectores no respetan y tengo miedo a que me las maltraten cuandolas dejo solas para ir a cambiar un billete”, lamentó lacomerciante.
Maribel es la más pequeña de la familia, sin embargo ya sabetodo a detalle en la preparación de los huaraches, al igual quemaneja la condimentación con las salsas, aseguró que tambiénasí es diestra en las sumas, divisiones y en el español.
Los Pacheco, son una familia ejemplar toluqueña, que llevan pordentro la cultura del emprendimiento y aunque entre sus carenciashay poco espacio para la diversión, en su oficio de todos losdías, demuestran que son felices y le sonríen a la vida.