El desabasto de combustible ha llegado a las zonas rurales del Estado de México afectando también a los campesinos, por ejemplo, a las orillas de la carretera de Toluca y Valle de Bravo, en donde para las personas ya es parte de su rutina diaria el hecho de permanecer hasta dos días y medio al interior de sus unidades sin turnarse con sus familiares.
Por lo anterior, sus vehículos se han convertido en su segunda casa, porque en su interior duermen, consumen sus alimentos, padecen de frío y sol, además de que “matan el tiempo” con sus celulares en la espera de poder cargar combustible, y al respecto, Juan Pedro Salazar consideró que no existe mejora en la distribución de gasolina en los últimos días en Toluca, por lo que ha tenido que descuidar su trabajo y familia.
Al demandar a las autoridades hacer algo efectivo en este rubro, ya que de lo contrario "el problema se les irá de las manos", don Francisco, quien lleva varios años laborando como taxista, indicó que nunca había visto algo así, “¡estamos sufriendo por la falta de gasolina!”.
Derivado de lo anterior, mencionó que su cuenta ha disminuido, porque ahora tiene que permanecer mucho tiempo en la espera de gasolina, y de un promedio de 250 pesos que tenía que entregar diariamente ahora sólo le solicitan la mitad, aunque sigue generando gastos.
En algunos casos ni los encargados de las áreas de distribución se hacen responsables, porque únicamente hacen la solicitud del combustible, y manejan una lista para enviarlo. En la espera no me apoyan mis familiares, porque siempre tienen algo que hacer
Traen almohadas y cobijas
Mientras que el señor Daniel Sánchez, aseguró que en los últimos días ha traído su almohada y cobijas, porque no puede moverse del sitio en el que se encuentra (regularmente carga combustible en Paseo Matlazincas), además de que no vive cerca de esta zona, sino en San Pablo Autopan, “y vean hasta donde tengo que buscar gasolina”.
“No soy propietario, sino chófer, y me dedico a transportar verdura para misceláneas. Mi patrón no hace más que hablarme por teléfono para checarme”, externó al tiempo de señalar que a su hijo lo están viendo por ahora sus familiares, porque su esposa falleció hace un año.
Dijo no estar enterado de las acciones que se implementan en la capital mexiquense para solventar el problema, ya que percibe que en la CDMX se han tenido mejores resultados. “No he visto nada aquí, ningún avance”.
No hay hora para cargar la gasolina, queremos que se surta de manera normal lo más pronto posible, porque yo vivo de ser chófer y no veo nada claro
Ausencias en el trabajo
Esta situación me ha generado pérdida de tiempo, gastos e insolación; además de que he tenido que pedir permiso en el trabajo, y me descuentan un promedio de 200 a 300 pesos diarios
Carlos Fernández
Recordó que la primera ocasión que acudió a cargar gasolina se demoró tres días, a pesar de que llegó a las siete de la mañana, y consideró que una ventaja es que vive cerca del centro de Toluca.
Un asunto que le preocupa es que tiene que ir por sus hijos a la escuela, y llevarlos a su casa para que alguien los cuide, aunque siempre hay alguien que debe permanecer al interior de la unidad.
“Por cuestiones de trabajo debo viajar diariamente a Almoloya de Juárez, y en todo el trayecto me he topado con 17 gasolineras cerradas. Fuimos a Ciudad Universitaria, y luego de una hora nos informaron que ya no había combustible”, manifestó.