La calma llegó (por ahora) para esta región, una vez que seis comuneros obtuvieron su libertad después de pasar injustamente un año nueve meses en el penal de Santiaguito por delitos que no cometieron.
“La fiesta fue ayer en el auditorio de la comunidad, por la iglesia”, expresó Daneyra Becerril Villavicencio de 32 años, quien nos recibió en su casa y fue absuelta por los ilícitos de privación ilegal de la libertad y robo con violencia, al igual que se hermana Yuriko Maribel.
Confesó que se siente “rara” y “diferente” ahora que se encuentra fuera del penal y cerca de sus dos hijas de siete y ocho años.
Para mí esta etapa ha sido muy difícil, no solamente cuando ingresé a Santiaguito, sino ahora que me encuentro en libertad. Sin duda, recuperaré el tiempo perdido y le daré prioridad a mi familia.
Difícil proceso por la fabricación de delitos
Ahora, la celebración se hará en cada una de las viviendas de quienes fueron encarcelados injustamente, como la hermana de Daneyra, quien es madre soltera de dos pequeños.
En materia legal, precisó, “ya no tenemos pendientes, luchamos con gente muy poderosa que pagó mucho dinero por vernos tras las rejas, y sabemos que probablemente no se quedarán con los brazos cruzados; a pesar de todo, estoy contenta, porque finalmente se hizo justicia”.
Indicó que los terrenos en disputa se encuentra por el panteón de la comunidad, porque existe interés probablemente de construir una obra grande e importante.
Desde su perspectiva, un punto a favor fue el cambio del Gobierno Federal, ya que hubo funcionarios que se hicieron presentes a nombre de Alejandro Encinas para supervisar estos procesos legales, los cuales estuvieron plagados de irregulares.
“Si el gobierno no hubiera cambiado, seguramente nos habrían condenado a varios años de prisión”, externó al tiempo de mencionar que no había recibido sentencia, pero ya se encontraban en ese proceso.
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Habló el esposo de Daneyra
Por su parte, Eduardo Olvera, esposo de Daneyra, consideró que se trató de un proceso injusto, y afortunadamente “salió a la luz la verdad, porque eran inocentes.
Fue un año nueve meses, los que mi hija y yo nos perdimos de la presencia de mi esposa, y ese tiempo nadie nos lo devolverá.