'Y se cayó el cielo'; resisten pueblos la primera nevada del año

El Frente Frío número 32, que se desplazó desde la madrugada del lunes a la zona centro del país, es el responsable del frío y del aguanieve en las comunidades de Raíces y Las Mesas

Filiberto Ramos | El Sol de Toluca

  · martes 21 de enero de 2020

Fotos: Daniel Camacho | El Sol de Toluca


Guadalupe pisotea el hielo que ha subido unos cinco centímetros sobre el asfalto. Le cubre las plantas de los pies. El frío le ha tornado las mejillas rojizas y parece como le calara hasta los huesos. Camina en sentido contrario a los vehículos que han quedado varados sobre la vía.

"Vengo desde La Puerta caminando, fui al doctor a Toluca", dice la mujer, quien se detiene pese a que el aguanieve sigue charpeando sus pies.

"En la mañana estaba bien, había sol, pero luego llegó el aire y se cayó el cielo", repite Guadalupe, es la expresión que usan en los pueblos aledaños al volcán, cuando llega la nieve. Junto con otro grupo de campesinos de Las Mesas, caminan entre la nieve rumbo a su pueblo.

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Así es en esta zona de Zinacantepec, pegada al volcán Xinantécatl, cada vez que al coloso llegan esos vientos del oriente y se precipita el granizo que rebota en las cabezas y el suelo, como si fueran canicas.

El Frente Frío número 32, que se desplazó desde la madrugada del lunes a la zona centro del país, es el responsable del frío y del aguanieve aquí en Raíces y Las Mesas. Cubrió con hielo en menos de dos horas cerca de 15 comunidades. La gran mayoría sobreviven debajo de techos levantados con madera y cartón.



"Me falta todavía un kilómetro, luego subir el monte, y tengo la enfermedad mala", revela doña Lupe, para referirse al cáncer.

Se cubre del frío con solo un pats, un rebozo y un gorro. Para cualquier otro ser humano, estas ropas son inservibles ante el clímax de un frío como el del Xinantécatl, pero no para Guadalupe y sus vecinos, que se han hecho inmunes.

Foto: Daniel Camacho | El Sol de Toluca

Más arriba, en el paso de Raíces, Margarita permanece sobre la banqueta junto a su local de gorros y bufandas.

Es obvio que tiene frío, pero su venta ha ido a la baja mientras el aguanieve no deje de caer.

“Deja que se quite y comienza a subir la gente”, explica la mujer, pero el hielo sigue soplando sobre el pueblo.

Las casitas de madera y el vaivén de gente que corre huyendo del frío, asemejan a Raíces a “un pueblo fantasma”. Aún así sorprende ver correr a un par de niños detrás de una cría de borregos que cruzan la carretera.

Otro grupo de niñas, que están debajo de un tejado, ríen al ver las cámaras y los ladinos que miran con sorpresa el aguanieve.

Todo es normal en Raíces, pese a que el frío alertó ya a las autoridades.

“Mañana dejará de caer el hielo y vendrán los turistas como manadas”, intuye y premoniciona Margarita.