Las dos escuelas de Loma Alta ayer y hoy siguen cerradas, no hay visos ni ánimos de abrirlas, al menos lo que resta de ciclo escolar.
A diferencia de los planteles en zonas urbanas del estado, acá, a las faldas del volcán Xinantécatl no hubo prisas para reanudar clases presenciales. Eso parece contradictorio, porque el virus de este lado se ha expandido menos.
De una escuela a otra, los zaguanes están cerrados, no hay sanitización, faenas, no hay niños, ni prisas. Es un silencio enorme que parece bajar como brisa del cráter del volcán.
"No, aquí no se abrió ninguna escuela", responde con tono cortante un grupo de mujeres que camina una terracería.
Desde Loma Alta, Raíces y hasta el Capulín, aparece el retrato solitario de escuelas cerradas. 15 meses han estado así y continuarán hasta que los docentes retornen.
"Aquí hay muchas escuelas del Conafe y son federalizadas, por eso no abrieron", comenta un habitante de Loma Alta.
Al cruce de la carretera, en La Siervita, la escuela primaria sí abrió este martes, pero no hubo clases. Los padres están centrados en un problema que está provocando el desgaje de tierra que podría derribar la barda del centro de salud.
"Sí abrimos, pero tenemos un problemita y no sabemos si vamos a continuar con las clases", informó una de las profesoras que intenta organizar a las madres que llegaron a la escuela. El plantel luce desaseado y las bancas están amontonadas en una de las aulas.
Deberán esperar a resolver el conflicto de la barda y ver si aún hay recursos para adquirir insumos de limpieza.
Kilómetros adelante, en la comunidad de Raíces, en los portones de la escuela se pegaron unas cartulinas con instrucciones sobre los protocolos sanitarios y que las clases iniciarán hasta el siguiente ciclo escolar.
En la comunidad de El Capulín ocurre lo mismo, el plantel está cerrado, porque es escuela Conafe y ellos inician la próxima semana con sesiones presenciales.
La desventaja con los niños de zonas urbanas, es evidente, porque a las faldas del Nevado no hay acceso a internet para clases virtuales y las asesorías presenciales están limitadas al tiempo de los profesores.
"Pues veníamos con ganas de empezar, pero no se pudo", recrimina la docente de la única escuela que se abrió este martes en la zona baja del Xinantécatl.