Interpretar al Presidente de la República en lenguaje de señas mexicanas no es sólo salir en televisión, y menos a un presidente como Andrés Manuel López Obrador, asegura Isabel Breña, integrante del equipo de intérpretes contratado por la Presidencia de la República para transmitir los mensajes del primer mandatario a la comunidad de personas sordas, que de acuerdo con datos del Inegi, representa el 10 por ciento de la población en el país.
“Interpretar al actual mandatario nos ha obligado a mantener una preparación constante, desde estudiar historia, por ejemplo, hasta leer todos los días los periódicos y comentar en la madrugada, antes de iniciar la conferencia mañanera, las notas más destacadas en los medios de comunicación sobre las que creemos que seguro hablará y le preguntarán”, afima Isabel, quien ha trabajado para el gobierno como intérprete de señas durante los sexenios de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y ahora con López Obrador.
En entrevista con El Sol de México, reconoce que el reto más grande al que se han enfrentado al interpretar al actual jefe del Ejecutivo, ella y sus cuatro compañeros más que conforman el equipo, ha sido adaptar un lenguaje gesticulatorio al ritmo y manera de expresarse del Presidente.
“El presidente López Obrador juega mucho con el español, utiliza muchos refranes, la ironía, constantes metáforas, que al traducirlos a la lengua visogestual simplemente no quedan, no se entienden, por lo que hay que explicarle a la comunidad sorda que lo que dijo fue un chiste o refrán de oyentes, lo que llega a resultar confuso para ellos y complicado para nosotros”, afirma.
Las pausas que caracterizan al mandatario cuando habla, son también, de acuerdo con Isabel, uno de los mayores problemas con los que los intérpretes se enfrentan de lunes a viernes durante las dos horas o dos horas y media que dura la conferencia en Palacio Nacional. “Como intérpretes estamos acostumbrados a trabajar a una velocidad y este presidente pausa mucho, de repente es ir de una idea, aclarar esa idea con un pasado, con una historia de un personaje histórico y regresar a la idea inicial, y esto es constante, lo que no sólo cansa física sino también mentalmente”, subraya.
Isabel destaca que a diferencia de sus antecesores en la Presidencia de la República, que por lo general no expresaban, sólo leían, Andrés Manuel López Obrador expresa mucho, lo que como intérprete de señas también ha sido un reto, pues re- presenta un esfuerzo transmitir sentimientos como el enojo o la molestia, a pesar de los registros con los que el idioma para sordos cuenta.
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Con más de 20 años de trabajo con la comunidad sordomuda del país, con la que tuvo su primer contacto desde que estudiaba Pedagogía en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Isabel señala que la manera de expresarse del Presidente ha llevado, incluso, a buscar nuevas señas interpretativas o modificar las existentes, en lo que ha significado, además, educar a la comunidad con discapacidad auditiva y consensuar con ella los movimientos para referirse, por ejemplo a las dependencias, cuyos nombres y siglas han sido modificadas por el gobierno actual.
“Eso ha sido un trabajo que hemos tenido que desarrollar con la comunidad de sordos de todo el país. En paralelo trabajamos con la Asociación Nacional de Sordos, con quienes vamos ajustando las señas, sobre todo de programas sociales que interesan a esa comunidad y que no conocen”, agrega Isabel, para terminar la entrevista diciendo que pese a todo el esfuerzo que ha significado interpretar al Presidente, fue este gobierno el que abrió la puerta para que la comunidad con discapacidad auditiva se enteré hoy de temas de la vida política nacional.
Dos meses después de que llegó a la Presidencia de la República, López Obrador decidió incluir, el 7 de febrero de 2019, la interpretación de señas en sus conferencias de prensa matutinas. Desde entonces, según Isabel, la audiencia de la comunidad sorda ha aumentado, interesándose además en la política.
Isabel afirma que independientemente del presidente que llegue a gobernar el país, ya se abrió la puerta para que la comunidad de sordos, que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), representan entre 10 y 12 por ciento de la población de discapacitados en México, sea incluida, incluso, en el debate político del país.
“No es tanto el gobierno sino la comunidad que ha venido luchando para conseguir que se hiciera valer la norma de la interpretación y sobre todo la ley que avala que la información sea accesible para todos y la aprobada en 2005 para reconocer que la lengua de señas mexicanas, es una lengua nacional”, destaca Isabel, quien cuenta con la certificación nacional como intérprete de la lengua de señas mexicana.
La intérprete destaca que entre los últimos logros que la comunidad con discapacidad auditiva ha conseguido es que el recuadro en pantalla sea, hoy, más grande, lo que no se buscó para aparecer más en pantalla, sino para captar más la atención de los sordos y hacer más clara la interpretación.